MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
El doctor Allan Sam, jefe del Servicio de Neumología de MD Anderson Cancer Center Madrid, alerta de que "la supervivencia en el cáncer de pulmón en España podría haberse reducido en un 2% desde el comienzo de la pandemia debido a los retrasos diagnósticos". Así lo asegura con motivo de la Semana Europea del Cáncer de Pulmón que se celebra estos días, y además agrega que la cifra real no la conoceremos hasta dentro de un par de años.
De hecho, la supervivencia del cáncer de pulmón en España antes de la pandemia tenía una clara tendencia a la mejoría. "En 2010 la supervivencia era de un 10% hasta llegar a un notable 16% en 2019. Sin embargo, en 2020 empezamos a ver una ligera caída del 1% (del 16 al 15%), y se estima que para 2021 descienda otro 1% --apunta--. Solo el tiempo dirá cuánto más puede caer".
Según con datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), solo en los cinco primeros meses de 2020 en España murieron 9.147 personas por cáncer de pulmón. Durante este periodo, este cáncer fue el segundo más diagnosticado en el mundo, solo después del de mama, y es el cáncer responsable del mayor número de fallecimientos a nivel mundial (18% del total de muertes por cáncer).
A pesar de que el contagio de COVID haya sido la principal preocupación de los fumadores durante la pandemia, no es ese el principal peligro, alerta el doctor Sam. "El principal problema ha estado en el retraso diagnóstico, ya que la atención primaria se ha visto saturada, lo que ha provocado retrasos en su detección, lo que puede tener consecuencias trágicas", apunta.
Otro problema añadido es que la sintomatología de la COVID-19 puede confundirse con los primeros síntomas del cáncer de pulmón. La fatiga, la disnea, la dificultad respiratoria y la tos son algunos de los síntomas comunes de las dos patologías.
"Mucha gente, con síntomas respiratorios y con sospecha de COVID-19, no han acudido a la consulta del médico por miedo y, por tanto, no se les han hecho las pruebas necesarias para poder descartar un cáncer de pulmón", se lamenta el especialista, que remarca que este diagnóstico tardío puede reducir la supervivencia en este tipo de cáncer.
Además, el neumólogo recuerda que el riesgo de contagio cuando se fuma aumenta, y no sólo por los factores de riesgo, sino también por las exhalaciones del fumador. Si la distancia de seguridad recomendada para prevenir contagios es de al menos un metro y medio, cuando se fuma o vapea debería ser de, "al menos, ocho metros". "Las prohibiciones tendrían que ser muchísimo más altas", reclama el doctor.
Además, desde el comienzo de la pandemia, ha habido un aumento en la cantidad de consumo de tabaco y una reintroducción del hábito de fumar. De acuerdo con la encuesta OEDA-COVID 2020 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, hay un 1,2% más de nuevos fumadores desde que comenzó la pandemia. "El problema es que un 5% de los que habían dejado de fumar lo han retomado y es, sobre todo, en población a partir de los de los 50 o 60 años", asegura el especialista.
Aunque al principio de la pandemia mucha gente dejó de fumar por miedo a las afectaciones pulmonares y cómo podían complicar la infección por COVID-19, lo cierto es que, con la extensión del confinamiento y la ansiedad, un 5,7% lo retomaron "con aún mayor consumo".
Si bien haber tenido COVID-19 no hace al paciente más propenso al cáncer del pulmón, tener cáncer de pulmón sí aumenta las probabilidades de una afectación grave en caso de contagiarse de coronavirus, por el aumento de los factores de riesgo, ya que "se ha demostrado que los fumadores, por el hecho de tener los factores de riesgo cardiovascular que provoca el tabaquismo, se contagiaban antes de la enfermedad y de forma más grave", concluye el doctor Sam.