MADRID 31 May. (INFOSALUS/EP) -
Tarde o temprano sucede: la presentación de un producto, un tribunal de oposición, una entrevista de trabajo, una visita a la clase de tu hijo o un discurso de boda o fin de carrera. Para algunos puede ser sólo una situación estresante mientras que para otros alcanza la entidad de fobia. Unas sencillas pautas podrían ser la ayuda que necesitas para salir airoso de este trance.
El miedo a hablar en público es una fobia muy común, señalan desde el sitio web de la Clínica Mayo (www.mayoclinic.org), una de las instituciones médicas más influyentes y prestigiosas de Estados Unidos. Este miedo puede ir desde un ligero nerviosismo a una experiencia paralizante y de pánico, añaden.
A continuación, Infosalus reproduce algunos de los consejos que los especialistas de la institución estadounidense exponen en su web para superar esta fobia y allanar el paso por esta, para muchos, desasosegante experiencia:
1. Conoce tu tema: cuanto mejor conozcas aquello de lo que vas a hablar y cuanto más te preocupes por estos aspectos, menos probable será que te equivoques o pierdas el hilo en la exposición. Si te pierdes, si sabes de lo que estás hablando seguro que podrás retomar el discurso. Tómate algún tiempo para tener en cuenta qué podrían preguntarte aquellos que te escuchan y prepara las respuestas.
2. Organízate: con tiempo, planifica con cuidado la información que quieres presentar, incluyendo ayudas visuales o auditivas. Cuanto más organizado estés, menos nervioso te podrás. Utiliza un esquema en una pequeña tarjeta para mantener el orden de tu exposición. Si es posible, acude por anticipado al lugar en el que hablarás y revisa los sistemas de audio y vídeo disponibles antes de la presentación.
3. Practica una y otra vez: practica tu presentación completa varias veces. Hazlo para unos pocos amigos con los que te sientas cómodo y pídeles que te den su opinión. También puedes grabarte con una vídeo-cámara y ver cómo puedes mejorar.
4. Visualiza tu éxito: imagina que tu presentación irá bien. Los pensamientos positivos pueden disminuir parte de tu visión negativa sobre tu actuación social y liberar algo de ansiedad.
5. Prueba con la respiración profunda: ayuda a aportar calma a la situación. Toma una o dos respiraciones lentas y profundas antes de situarte en el lugar de exposición y durante el discurso.
6. Céntrate en tu material y no en la audiencia: las personas suelen prestar atención a la información nueva y no a cómo se presenta. Tu público puede no notar tu nerviosismo pero si lo hace puede incluso simpatizar contigo y ayudarte a que tu presentación sea un éxito.
7. No temas la existencia de silencios: si pierdes el hilo de lo que estás contando o comienzas a sentirte nervioso y te quedas en blanco, te puede dar la sensación de que ha pasado una eternidad. Pero en realidad, es probable que hayan sido unos pocos segundos. Podrías aprovechar estos breves instantes para realizar unas pocas respiraciones profundas.
8. Reconoce tu éxito: después de tu discurso o presentación, felicítate porque aunque no te haya salido a la perfección seguro que eres más crítico contigo mismo que aquellos que te han escuchado. Todo el mundo se equivoca durante los discursos o presentaciones. Los errores pueden además proporcionarte pistas sobre cuáles son tus puntos a mejorar.
9. Consigue apoyos: seguro que puedes encontrar a amigos o colegas de trabajo que se encuentran en una situación parecida. Podéis ayudaros mutuamente o animaros a participar juntos en algún taller o curso para superar estos miedos.
10. Consulta con tu médico: tu médico de cabecera puede prescribirte algún fármaco calmante que puedas tomar antes de hablar. Si es este el caso, pruébalo antes de que te encuentres en situación para ver cómo te afecta.
El nerviosismo o la ansiedad en ciertas situaciones es normal y hablar en público no es una excepción. Otros ejemplos similares son el miedo al escenario, la ansiedad en los exámenes o el bloqueo del escritor. Sin embargo, las personas con una mayor afectación que padecen ansiedad en otras situaciones sociales podrían sufrir fobia social y requerir tratamiento con fármacos, psicoterapia o una combinación de ambos, concluyen desde la web de la Clínica Mayo.