MADRID 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
La pérdida de dientes podría estar asociada a varios factores de riesgo cardiovascular, como "la diabetes, el tabaquismo, la hipertensión o la obesidad", tal y como ha evidenciado una investigación realizada por la Universidad de Uppsala (Suecia).
Este trabajo, que ha sido presentado durante la LXII Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, demuestra que esta mala salud dental "algún día podría ser un marcador de riesgo para la enfermedad cardiaca". De esta forma, se da un paso más en la vinculación entre enfermedad periodontal y patología cardiaca.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han estudiado la prevalencia de pacientes con pérdida de dientes y la de enfermos con hemorragias en las encías, así como su relación con factores de riesgo cardiovascular en pacientes de alto riesgo con enfermedad coronaria. En total participaron en el estudio 15.828 personas.
De todos ellos, el 40 por ciento de los participantes tenía menos de 15 dientes al comenzar la investigación, y el 16 por ciento no tenía ninguno. Además, el 25 por ciento reportó padecer de hemorragias en las encías.
CADA DIENTE CAÍDO AUMENTA EL ENDURECIMIENTO DE LAS ARTERIAS
Tras ello, han constatado que por cada diente perdido, los pacientes tenían mayores niveles de Lp-PLA2, "una enzima que aumenta la inflamación y promueve el endurecimiento de las arterias", señalan los expertos. Además, también se observó un incremento de otros marcadores de riesgo cardiovascular, como "el colesterol LDL o malo, el azúcar en sangre, la presión arterial y circunferencia de la cintura", explican.
Además, cada diente caído representó "un 11 por ciento de incremento en las posibilidades de padecer diabetes". Por su parte, el sangrado de las encías se asoció "con mayores niveles de colesterol malo y de presión arterial", indican.
A juicio del Departamento de Ciencias Médicas de la Universidad de Uppsala, el doctor Vedin Ola, "podría ser que las dos afecciones compartan factores de riesgo comunes de forma independiente". Sin embargo, manifiesta que si la enfermedad periodontal realmente causa la enfermedad de las arterias coronarias "queda por demostrar".