Qué soluciones existen frente al prognatismo mandibular, o cuando la mandíbula sobresale y no debería

Archivo - Progmatismo mandibular
Archivo - Progmatismo mandibular - AJR_IMAGES/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 13 marzo 2023 8:27

   MADRID, 13 Mar. (EDIZIONES) -

   El prognatismo es una patología que penaliza mucho al paciente. Estéticamente suele tener un impacto en la imagen de la persona, a quienes muchas veces les pasa factura psicológica, pero no queda ahí porque también hay consecuencias funcionales, fundamentalmente masticatorias.

   Por ejemplo, Jay Leno, el presentador estadounidense es prognata, y en España la dinastía de los Austrias se caracterizó entre otros puntos por su prognatismo, una característica mandíbula que sobresalía.

   Precisamente, en 2019 se publicó un estudio científico en el que participaron varios cirujanos maxilofaciales españoles, entre ellos el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (SECOMCyC), el doctor Florencio Monje Gil, a quien entrevistamos en este artículo, y que resaltaba que el sexo entre familiares, típico en esta dinastía, había sido el culpable de la aparición de esta deformidad de la mandíbula en la familia.

   Así, y para saber en qué consiste realmente esta protusión maxilar el doctor Monje nos explica a Infosalus que se trata de una patología bastante frecuente en nuestra sociedad, "una deformidad facial que consiste fundamentalmente en que, o tenemos la mandíbula muy salida, o el maxilar superior está muy hundido, o ambos; generalmente, el prognatismo es mixto".

SÍNTOMAS QUE PUEDA PRESENTAR EL PACIENTE

   Concretamente, este experto apunta que hay tres tipos de síntomas detrás del prognatismo: estéticos, funcionales y digestivos. "Hay personas que lo perciben como tal y se ven en las fotos de perfil que la mandíbula está más salida o que el maxilar superior está más hundido, porque el labio inferior está por delante del labio superior", agrega, si bien advierte de que el prognatismo a veces a simple vista no es perceptible.

   Luego apunta a síntomas funcionales, fundamentalmente el déficit de masticación, a la hora de triturar alimentos, y en resumen, para comer. De hecho, dice que un tercer síntoma son las malas digestiones, consecuencia de esa mala masticación que el prognatismo favorece.

   "La persona nota que mastica mal, porque las muelas no le coinciden, tienen incapacidad para comer bocatas, porque por la mordida no son capaces de hacer la tijera; tienen miedo a la carne dura, a los frutos secos, al chicle, porque no pueden masticar bien", detalla el doctor Monje.

EL FACTOR HEREDITARIO ES IMPORTANTE

   Entre sus causas habla especialmente de la cuestión genética o hereditaria, como en el caso antes citado de los Austrias; aunque afirma que no todos son así. "Generalmente, en la consulta, primero nos fijamos si vienen los padres con los hijos y si estos presentan prognatismo. Hay una parte de herencia, no hace falta que sea directa. A veces te dice que el tío abuelo era clavado al hijo. Ahora sí, si los dos padres son prognatas existe una altísima posibilidad de que el niño lo sea. Por ejemplo, hay carga hereditaria muy importante y que desde el punto de vista histórico se ve mucho en los Austrias", remarca este especialista en cirugía maxilofacial.

IMPLICACIONES EN EL DÍA A DÍA

   Con ello, el presidente de la SECOMCyC afirma que en el día a día, y especialmente desde el punto de vista psicológico, hay personas que notan rechazo, y por ejemplo cita que el niño prognata es frecuente que padezca bullying.

   Pero también señala que en el día a día los defectos de masticación del prognatismo hacen que el paciente rehúya de un determinado tipo de dieta y de alimentos difíciles de masticar: "El pan normal es muy difícil de masticar y el paciente inmediatamente se quita el pan o los frutos secos, la carne muy hecha, el pan muy hecho, no tomar nada de chicles".

EN QUÉ MOMENTO SE DEBE CONSULTAR

   Aquí destaca el doctor Monje que el tratamiento en estos casos siempre es combinado entre equipos: odontólogo, ortodoncista, y cirujano maxilofacial. De ahí que, en primer lugar, lo idóneo sea consultar con el odontólogo, quien seguramente después derive al paciente al ortodoncista, un odontólogo con conocimientos de ortodoncia, y posteriormente este se pondrá en contacto con el maxilofacial si fuera necesario. "Por otro lado, algunos van directos al maxilofacial porque piensan que la única solución es la cirugía ortognática, cuando no siempre es así", afirma.

   Señala este experto que cuanto antes se diagnostique es mejor, pero nunca antes de los 17-18 se debe realizar la cirugía ortognática, como así se llaman este tipo de procedimientos quirúrgicos, puesto que la mandíbula está en constante crecimiento y formación hasta esa edad. Remarca a su vez que la cirugía ortognática se está realizando ahora también mucho entre personas de edades más avanzadas y que antes no se habían querido operar.

CÓMO QUEDARÁ EL PACIENTE ANTES DE LA OPERACIÓN

   Gracias a la aparatología diagnóstica de hoy en día y a la digitalización el doctor Monje resalta que incluso se pueden hacer operaciones virtuales de los pacientes donde se sabe cómo quedará el paciente antes de la operación.

   No obstante, siempre hay pasos previos a la intervención quirúrgica, avisa este cirujano, y es donde el odontólogo y el ortodoncista deben hacer su papel. "Si el prognatismo es leve y hay poca distancia entre los dientes de abajo y los de arriba es posible que con la ortodoncia se solucione", indica.

   Eso sí, cuando hay una gran distancia entre los dientes de arriba y los de abajo, tiene lugar un prognatismo medio o severo, se emplea la ortodoncia para colocar los dientes donde deberían estar con el hueso, independientemente de la deformidad; para después, si hay una fuerte repercusión, el maxilofacial lo opere. Es la cirugía ortognática, donde se lleva el maxilar superior hacia adelante, y la mandíbula para atrás en muchos casos; para después volver a contar con un periodo de ortodoncia, con el objetivo de asegurar que los dientes y huesos no se van a mover, según describe.

   "Es una cirugía muy minuciosa, muy importante, con tecnología muy avanzada de láseres y bisturí y muy agradecida porque el paciente cuando se ve en el espejo dos o tres meses después queda encantado", remarca el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (SECOMCyC), el doctor Florencio Monje Gil.