Expertos en Psiquiatría presentan una escala para valorar el funcionamiento personal y social de estos pacientes y conocer así qué intervenciones requiere
MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Sólo una de cada diez personas que padece esquizofrenia trabaja durante una jornada laboral, y menos del diez por ciento de todos los pacientes tiene descendencia, por lo que es necesario trabajar para incorporar a más pacientes en el sistema social, según señalaron hoy algunos de los expertos en Psiquiatría responsables del Proyecto FUNCIONA, con motivo de la presentación de la escala de medición de funcionamiento personal y social (PSP).
Se trata de una herramienta que consiste en una serie de preguntas divididas en cuatro apartados que evaluan de forma objetiva al paciente. En primer lugar, algunas de las cuestiones están orientadas a evaluar el autocuidado del paciente. En este sentido, el jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Doctor Rodríguez Lafora de Madrid, el doctor Fernando Cañas, explicó que en este punto se analizan aspectos como la higiene, la forma de vestirse y presentarse que tiene el paciente y, en definitiva, cómo cuida su aspecto.
En segundo lugar, esta escala pretende reflejar también las actividades de tipo productivo para el sujeto, tales como los estudios que realiza, integrarse en una asociación de voluntariado, o tener un trabajo remunerado, aunque matizó que "no todo el mundo está en la situación o necesidad de tenerlo, pero sí de reintegrarse en su formación para alcanzar esta situación en el futuro".
Esta herramienta de medición contempla también las relaciones personales y sociales, ya que, según indicó el doctor Cañas, los pacientes psicóticos graves se aislan, "se quedan sin marco de referencia y sin red de apoyo social". Además, otra de las áreas abarca los comportamientos disruptivos y agresivos, un área que genera mucho rechazo. "Parte de ese aislamiento parte del entorno", precisó.
La puntuación global de esta escala coloca al paciente en tres grandes bloques de funcionamiento, y los distingue en personas que tienen una gran dependencia y necesitan un soporte externo para poder mantenerse; personas con deficiencias que no interfieren de forma significativa en su funcionamiento personal y social, y que por lo tanto pueden reintegrarse totalmente en la sociedad; y aquellas que se encuentran en un punto medio, en el que se mueven la mayoría de los pacientes, que necesitan participar en actividades terapéuticas en función de sus necesidades.
El doctor Cañas indicó que "de esta forma se consiguen datos más concretos que señalan áreas de discapacidad o capacidad para valorar mejor las necesidades y un determinado grado de dependencia en aspectos legales". Asimismo, subrayó que actualmente "existen medios potentes" para tratar a estos pacientes, pero su eficacia depende de que se apliquen y de que se haga desde el principio, en la fase más temprana posible.
PREIORIZAR EL FUNCIONAMIENTO ANTE LOS SÍNTOMAS
Este experto indicó que en muchas ocasiones la prioridad es tratar los síntomas, cuando quizás lo más importante sea valorar cuánto efecto tiene eso sobre la capacidad de funcionamiento del sujeto, porque el tratamiento puede conseguir un efecto a costa de perder otras capacidades.
"No es extraño ver pacientes con síntomas residuales pero con una buena capacidad para funcionar y, por lo tanto, si lo que se mantiene es esto como objetivo y guía, no se olvidan los síntomas pero sí se prioriza sobre su calidad vital", dijo, añadiendo que "se piensa que es gente que hay que cuidar, pero no reintegrarlos".
ERRADICAR EL ESTIGMA
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), el profesor Julio Bobes, destacó la importancia acerca de erradicar el estigma de esta enfermedad, así como la necesidad de un diagnóstico precoz, y el desarrollo de una atención hacia la autonomía del paciente. "No sólo se trata de evitar delirios, sino que hay que trabajar en otros campos", subrayó.
Respecto a la Ley de Dependencia, este experto indicó que las ayudas llegan a muy pocos de estos pacientes, porque se entiende que están vinculadas a limitaciones físicas, mientras que la "paradoja" de esta patología es que estas personas no funcionan a pesar de de que su cuerpo lo haga de forma normal.