MADRID 28 May. (EUROPA PRESS) -
Entre el 15 y el 40 por ciento de las mujeres que sufren incontinencia urinaria solicitan ayudan de un profesional, siendo por tanto uno de los trastornos más ocultados por las españolas. Por ello, y con motivo del Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, los especialistas invitan a quienes se encuentran en esta situación a proteger su bienestar y mejorar su día a día acudiendo a la consulta del médico.
Según los expertos, la mayoría de las mujeres que optan por no ir al médico y no compartir que sufren pérdidas de orina lo hacen porque consideran que se trata de un problema demasiado íntimo como para exponerlo ante los demás, porque lo asocian a un proceso normal ocasionado por el paso del tiempo debido a que han conocido otros antecedentes familiares o, por último, porque creen que no se puede tratar eficazmente.
Sin embargo, a pesar de que en la fase inicial del trastorno los síntomas son leves y únicamente se sufren pequeñas fugas, como por ejemplo al estornudar o reír, a medida que pasa el tiempo la intensidad de éstos va en aumento y, por consiguiente, su impacto sobre la calidad de vida de la mujer, especialmente a partir de la menopausia, es mayor.
SENSACIÓN DE URGENCIA
Además, a las pérdidas asociadas a la incontinencia urinaria de esfuerzo se suman las que se asocian a sensación de urgencia, de no poder llegar al baño. En este sentido, la experta médica del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sant Pau de Barcelona Marta Simó González asegura que la mujer se va adaptando al empeoramiento de los síntomas paliando las consecuencias del escape, modificando su ritmo y calidad de vida y limitando su vida social y de relación.
Por su parte, el jefe Clínico de Ginecología del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Sant Pau de Barcelona, Oriol Porta Roda, advierte del peligro de llegar a este punto y anima a pedir ayuda antes de que sea tarde ya que, en muchas ocasiones, acudir al profesional cuando la intensidad de los síntomas es leve permite adoptar estrategias preventivas o tratamientos conservadores que mejoran la sintomatología y pueden frenar la progresión de los mismos.
Para ello, prosigue este experto, la mujer debe visitar al médico de Atención Primaria o a su ginecólogo cuando comienza a sentir que los síntomas están ocasionando problemas de naturaleza personal, social o higiénica.
Asimismo, respecto a las medidas encaminadas a evitar la aparición y progresión de la incontinencia, Porta Roda aconseja incorporar ciertos cambios al estilo de vida como, por ejemplo, ejercitar los músculos del suelo pélvico con ejercicios de 'Kegel', acudir al baño de forma regular, cuidar los hábitos dietéticos con una alimentación adecuada sin excesos de picantes, teínas o cafeínas y evitar el tabaco y el sobrepeso o la obesidad.
LA CONFIANZA CON EL ESPECIALISTA, UN ASPECTO CLAVE
Desde la perspectiva del profesional sanitario, para ayudar a las mujeres a superar la reticencia a comunicar su situación --es habitual que la mujer oculte su problema incluso a su pareja-- los médicos deben mostrar su interés y proximidad a la paciente para ganarse su confianza ante la sospecha de que sufre pérdidas.
"Para conseguir esto es crucial abordar el problema con naturalidad, como otro cualquiera, para intentar eliminar la connotación de vergüenza que muchas veces acompaña a estas mujeres", señala Simó González. Esta afirmación es corroborada por Porta Roda que coincide en que la actitud del facultativo es importante y que "en ningún caso" debe tratar este problema como un problema menor. Además, subraya, debe demostrar que sabe lo que tiene que hacer ante un problema de este tipo.
Por último, ante la falta de iniciativa de la paciente para contar al médico su problema, estos dos expertos coinciden en que de manera rutinaria el ginecólogo debe preguntar al paciente acerca de sus síntomas urinarios y cómo afectan a la calidad de vida. En concreto, una manera de conocer estos aspectos es indagar sobre el uso de medidas de protección --como 'salvaslips'--, ya que esta información dará la clave para continuar y afinar la conversación durante la consulta.