MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
A pesar de que los síntomas son similares, la soledad y la ansiedad social son impulsadas por estados cerebrales diferentes, según una nueva investigación publicada en la revista 'JNeurosci'.
La soledad puede tener consecuencias perjudiciales para la salud física y mental, pero en la actualidad hay pocas intervenciones conductuales para la soledad, como las hay para otras afecciones.
Los investigadores exploraron la base de estas dos condiciones comparando cómo se comportaban las personas con ansiedad social y alta y baja soledad en una tarea de juego social.
Los participantes jugaron a un juego de ordenador en el que podían hacer una apuesta segura y ganar una cantidad de dinero menor o hacer una apuesta más arriesgada para conseguir una suma mayor. Si aceptaban la apuesta más arriesgada, veían un vídeo de un ser humano virtual que mostraba su aprobación o desaprobación.
Las personas con ansiedad social hicieron la apuesta segura con más frecuencia para evitar la retroalimentación social de los vídeos. Sin embargo, las personas con alta soledad no mostraron esta evitación social.
Al medir la actividad cerebral de los participantes durante la tarea con IRMf, los investigadores descubrieron que las personas con ansiedad social mostraban una mayor activación de la amígdala durante la fase de decisión -un signo de mayor ansiedad- y una menor activación del núcleo accumbens durante la fase de retroalimentación -un signo de menor recompensa social-.
Ninguno de los dos patrones de actividad aparecía en las personas con alta soledad, lo que indica que la soledad es una condición única que requiere sus propias intervenciones.