MADRID 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
En España se estima que hay unos 400.000 personas con trastorno bipolar y, aunque su calidad de vida puede ser "como la de cualquier persona", para ello es necesario el conocimiento y aceptación de la propia enfermedad y evitar la sobreprotección o el temor hacia el propio afectado, lo que puede perjudicar su estabilidad.
Así lo ha reconocido el doctor Francisco Toledo Romero, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), que defiende que la familia juega un "papel fundamental" como "elemento influenciador" en el día a día de estos pacientes.
"Es necesario que la familia conozca la enfermedad para poder detectar precozmente síntomas de inicios de fases e intervenir, convirtiéndose de esta forma en co-terapeutas", reconoce este experto, que insiste en que "adoptar posturas de sobreprotección, una aptitud crítica u hostil hacia el afectado por la enfermedad no favorece en absoluto la estabilidad del mismo".
Además, ha añadido, la familia también es clave para manejar y reducir los niveles de estrés del afectado, "primordial para evitar posibles recaídas".
En este sentido, los afectados con esta patología y sus familiares han de ser conscientes de que las profesiones sujetas a una irregularidad horaria o bien un factor de estrés importante (policías, bomberos, médicos, enfermeras, camareros de locales nocturnos, trabajadores con cambios de turnos), "no son recomendables porque pueden agravar el curso de la enfermedad", indica el experto.
Además, el doctor Toledo ha recordado que el amplio conocimiento que se tiene de esta patología está permitiendo un "diagnóstico cada vez más precoz" de la misma, lo que "evita un gran sufrimiento al paciente y su entorno y evita un deterioro en la calidad de vida del afectado".
"La prevalencia a lo largo de la vida se sitúa en el 2,5 y 5 por ciento, si se incluyen todos los trastornos del espectro bipolar", asegura el este experto, que apunta que existe un fuerte componente biológico y genético que predispone al individuo a esta patología.
No obstante, añade, los factores psicológicos o ambientales son desencadenantes o agravantes de los episodios que puede atravesar un paciente bipolar.
Asimismo, para su tratamiento ha asegurado que es "frecuente" el uso de varios fármacos "que ayuden a mantener la estabilidad", si bien admite que "hay tantos tratamientos como afectados, ya que la terapia se establece por el profesional en función de la sintomatología que presente, siendo los medicamentos eutimizantes esenciales en uso mantenido".