MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de la Universidad de Kiel (Alemania) ha formulado una nueva y más completa teoría ecológico-evolutiva sobre el desarrollo de 'enfermedades ambientales', como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. Sugieren que un suministro de nutrientes poco natural y particularmente completo disocia a las bacterias de sus organismos huéspedes y, por lo tanto, destruye el delicado equilibrio del microbioma. De esta forma, enuncian que la sobrealimentación de las bacterias en el intestino, hasta cierto punto, favorece el desarrollo de estas patologías.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, junto con la creciente prosperidad y los cambios asociados en el estilo de vida, se han desarrollado numerosos patrones de enfermedades nuevas en los países industrializados. Entre las causas comunes de estas enfermedades se encuentran las alteraciones del microbioma, es decir, la colonización microbiana natural del cuerpo y, en particular, del intestino.
Hasta la fecha, los científicos han explicado esta cooperación interrumpida entre el cuerpo huésped y los microbios con diferentes hipótesis: por ejemplo, postularon que la higiene excesiva, el uso intensivo de antibióticos o ciertos factores genéticos perturban permanentemente el microbioma, lo que hace que las personas sean vulnerables a las enfermedades. Sin embargo, estos intentos de explicación han sido hasta ahora incompletos.
Ahora, en un estudio publicado en la revista 'mBio', estos científicos alemanes han detallado un nuevo enfoque podría dar una explicación más completa a las denominadas 'enfermedades ambientales'. El punto de partida para la investigación fue la ecología de los hábitats marinos: el estudio sobre la muerte de los corales y las algas y los efectos asociados en importantes ecosistemas de los océanos sugiere que, además de otros factores como el cambio climático o la sobrepesca, las condiciones de nutrientes en el agua de mar pueden ser la causa del problema.
"Tan pronto como hay un exceso de alimento debido a las influencias humanas, las bacterias que viven en una comunidad con corales comienzan a separarse de sus huéspedes. Entonces ya no se alimentan de los productos metabólicos del huésped, sino que prefieren el suministro de nutrientes más ricos de las aguas circundantes. El equilibrio del microbioma coralino se altera debido al éxodo de su pareja simbiótica, y como resultado se producen enfermedades", explican.
En esta conexión entre la disponibilidad de nutrientes y el equilibrio de las relaciones entre bacterias y huéspedes, los investigadores observaron un principio universal que "va mucho más allá del ejemplo muy específico de los corales". En los estudios de su organismo modelo, el pólipo de agua dulce Hydra, pudieron confirmar experimentalmente esta conexión.