MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Investigación Genómica Traslacional (TGen) y el Instituto Lundquist para la Innovación Biomédica en Harbor (Estados Unidos) han descubierto péptidos relacionados con el SARS-CoV-2 en las vesículas extracelulares de personas con Covid persistente que podrían funcionar como biomarcador para el diagnóstico de la enfermedad.
Los autores del estudio, publicado en 'Infection', destacan que si otros centros de investigación confirman su hallazgos, este podría ser el primer indicador específico y cuantificable para diagnosticar la Covid persistente. Hasta ahora, los médicos identifican la patología basándose en un conjunto de síntomas que los pacientes presentan después de la infección por SARS-CoV-2.
"Si un paciente llega a la clínica y relata la persistencia de signos y síntomas típicos de Covid prolongada, 12 semanas o más después de la infección por Covid-19, le doy un diagnóstico preliminar, pero no tengo ningún análisis de sangre o biomarcadores para confirmar este diagnóstico", ha señalado el investigador del Lundquist William Stringer, autor principal del estudio.
Para el trabajo, los expertos contaron con 14 pacientes que habían pasado una infección por Covid-19 y presentaban síntomas persistentes de la afección. Se les sometió a un programa de entrenamiento aeróbico durante 12 semanas y se recolectaron muestras antes y después de la actividad, lo que resultó en un total de 56 muestras.
A raíz de esto, encontraron 65 péptidos únicos del SARS-CoV-2 dentro de las vesículas extracelulares. Estos fragmentos provienen de la proteína 'Pp1ab' del virus, una enzima ARN replicasa clave para la replicación viral y la producción de otras partículas virales. Esta proteína se encuentra únicamente en el SARS-CoV-2, y no en células humanas no infectadas, según ha precisado el investigador del Instituto Lundquist Asghar Abbasi, primer autor del estudio.
Para evaluar si los péptidos identificados en las vesículas extracelulares de Covid de larga duración también estaban presentes en individuos sin exposición a la Covid-19 (grupo control), los científicos analizaron 20 muestras de vesículas obtenidas antes de la pandemia. Estas muestras, obtenidas en reposo y durante el ejercicio incremental máximo de exfumadores, no mostraron los citados péptidos virales.
Los investigadores han destacado que estos hallazgos refuerzan la creciente evidencia que sugiere que el SARS-CoV-2 puede persistir en ciertos tejidos corporales mucho después de la infección inicial. Algunos grupos plantean la hipótesis de que estos reservorios virales persistentes podrían influir en la Covid persistente. La forma en que el virus llega a tejidos que no utilizan sus puntos de entrada habituales, como el cerebro, sigue siendo una incógnita y podría estar relacionada con las partículas de las vesículas extracelulares.
Con todo, han insistido en que sus resultados tienen que ser confirmados en futuros estudios que los comparen con controles adecuados y personas sin síntomas prolongados de Covid que estén o hayan estado infectadas con el virus para poder establecer la durabilidad y la sensibilidad/especificidad de este biomarcador peptídico.
La detección de vesículas extracelulares cargadas con Pp1ab destaca su posible papel en el transporte de material viral y sugiere que estas vesículas cargadas con Pp1ab podrían servir como un posible biomarcador de la actividad viral continua en el huésped, abriendo nuevas vías para el diagnóstico y el desarrollo terapéutico en la Covid prolongada.