MADRID 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los síntomas de angina en pacientes con enfermedad arterial coronaria estable, también conocida como cardiopatía isquémica, están asociados a un mayor riesgo de muerte cardiovascular e infarto de miocardio, según los resultados del registro 'Clarify', de carácter prospectivo observacional longitudinal que ha estudiado a pacientes con enfermedad arterial coronaria (EAC) estable.
Los datos del registro, realizado en 45 países y en el que se han incluido 33.283 pacientes, 2.257 de ellos de España, revelan que la mayoría de los pacientes ambulatorios con cardiopatía isquémica estable no presentaron angina, si bien se demostró que, tras dos años de seguimiento, "la presencia de síntomas de angina se asoció con un mayor riesgo de muerte cardiovascular o de infarto de miocardio, independientemente de la presencia de isquemia miocárdica en las pruebas no invasivas".
En total, los resultados constatan que de los pacientes que participaron en este registro, el 20 por ciento tuvo síntomas de angina y el 26 por ciento presentaron evidencias de isquemia miocárdica en los resultados de las pruebas no invasivas. En el subgrupo de pacientes que presentaron síntomas de angina se registraron menos muertes cardiovasculares e infartos de miocardio; sin embargo, "el cociente de riesgo fue mayor".
Según el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal y coordinador nacional del registro 'Clarify', José Luis Zamorano, este estudio "refuerza la importancia del seguimiento de los pacientes con cardiopatía isquémica y pone de manifiesto que la presencia de síntomas de angina es sin duda un marcador de riesgo".
Asimismo, recuerda que el adecuado control de los factores de riesgo, así como el control de otros marcadores como la frecuencia cardíaca "son importantes a la hora de tratar estos pacientes". "Disponemos de un gran armamentario para lograr alcanzar los objetivos terapéuticos en estos enfermos", sentencia.
La EAC sigue siendo la causa principal de muerte en el mundo. "Una mejor comprensión de la atención sanitaria y los resultados de estos pacientes es fundamental para reducir la carga de fallecimientos", afirman quienes han llevado a cabo el registro. La posibilidad de reducir la frecuencia cardiaca elevada "es una nueva hipótesis que podría ayudar potencialmente a disminuir la morbimortalidad en estos pacientes", concluyen.