MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
Manejar el estrés, tener una rutina de sueño saludable y realizar ejercicio físico regular puede ayudar a reducir el Síndrome del Intestino Irritable, así como identificar los alimentos que pueden desencadenar este tipo de problemas, señala la gerente del área de Salud de Farmasierra, Ana I. Ortiz Gutiérrez.
En este sentido, aunque estos trastornos no tienen una cura definitiva, la experta incide en "abordarlos de manera holística", ya que hay muchos factores que pueden estar implicados en estos trastornos, para mejorar los síntomas.
Este trastorno, que puede causar dolor y distensión abdominal, gases y trastornos a la hora de ir al baño, afecta a entre un 10-15% de la población, siendo cada vez más común en jóvenes e incluso niños, según un informe de la Fundación Española del Aparato Digestivo. El origen de esta afectación puede estar relacionado con múltiples factores como alteraciones hormonales, antecedentes familiares o la dieta, informan.
Así, la doctora Ortiz apunta que el uso de probióticos específicos puede ser determinante para mantener el equilibrio de la microbiota intestinal. "Por ejemplo, la cepa 'Bifidobacterium longum 35624' ha demostrado ser eficaz para aliviar síntomas digestivos como hinchazón, diarrea o dolor abdominal en estos pacientes, logrando una mejora significativa en la calidad de vida tanto de los niños como de sus familias".
Sin embargo, Ortiz advierte de que no todos los probióticos son iguales ni tienen los mismos efectos. "Es importante seleccionar aquellos que han demostrado seguridad y eficacia específicamente en niños".
Además, la doctora reconoce que uno de los retos "clave" está en reconocer la diferencia entre molestias digestivas leves y trastornos funcionales digestivos que requieren un abordaje clínico más profundo.
RECOMENDACIONES PARA MANEJAR PROBLEMAS DIGESTIVOS EN LA INFANCIA
Para evitar afecciones digestivas en los más pequeños, la doctora Ortiz recomienda dietas equilibradas adecuadas a su edad y necesidades. Así, explica que, salvo en casos muy concretos, no es necesario el uso de dietas restrictivas ni eliminar el gluten, la lactosa o bajar los carbohidratos fermentables como ocurre en los adultos.
Además, señala que el estrés y la ansiedad pueden influir notablemente en los trastornos digestivos, por lo que "es importante tratarlos de forma complementaria" con apoyo emocional y psicológico, si es necesario. Igualmente, seguir horarios regulares de sueño, comida y actividad física "contribuye al equilibrio del sistema digestivo infantil", añade.
Por otro lado, asegurar un buen consumo de agua a lo largo del día ayuda a mantener la regularidad intestinal y evitar el estreñimiento, según la experta. Asimismo, fomentar el juego activo y la actividad física diaria puede mejorar notablemente el tránsito intestinal y la salud digestiva general.
Por último, la doctora advierte que ante síntomas persistentes o que impacten la vida cotidiana del niño, es "fundamental" consultar con un especialista en aparato digestivo infantil.