¿Qué es el 'síndrome del edificio enfermo'? Puede que tu casa lo sufra

Viviendas, edificio, bloque pisos
JCCM
Publicado: lunes, 18 febrero 2019 18:03


MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -

Hasta el 30 por ciento de las construcciones padecen el síndrome del 'edificio enfermo', que tiene en el ruido una de sus principales causas y tiene como síntomas las jaquecas, náuseas, irritación ojos o erupciones, junto con la lipoatrofia semicircular, un trastorno que proviene del exceso de superficies sintéticas y metálicas.

Así lo aseguran desde Sto, que define este 'síndrome' como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación de espacios cerrados. El concepto data de mediados de la década de los ochenta, cuando se detectaron problemas masivos en los trabajadores de algunos edificios de oficinas de Londres, Manchester o Liverpool. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta al 30 por ciento de los edificios.

Se ha comprobado que, ya sea por agentes químicos, biológicos (bacterias, hongos, esporas) o físicos (ruido, ambiente térmico, humedad), que una mala elección de productos, materiales y sistemas constructivos de un edificio puede provocar que los que trabajan o viven en él sufran enfermedades o dolencias de salud de todo tipo.

Los expertos de Sto explican que se considerará que existe un 'edificio enfermo' cuando, al menos, el 20 por ciento de los ocupantes presente quejas referentes a su salud, y las causas sean difíciles de identificar. Normalmente, al abandonar el edificio en cuestión o al cabo de unos días, estos síntomas suelen desaparecer o aminorarse, detallan.

En este tipo de instalaciones, argumentan se dan atmósferas muy resecas, cerradas y contaminadas. "Suele provenir de edificaciones herméticas que cuentan con sistemas centralizados de ventilación, sistemas de ventanas que no se abren o suelos enmoquetados. En este tipo de instalaciones, no se intercambian gases con el exterior y el aire recircula alimentándose de partículas contaminantes biológicas (ácaros, moho o esporas de bacterias) y químicas (polvo y otros agentes presentes en pegamentos, pinturas o productos de limpieza, como el formaldehído, el benceno y el tricloroetileno)", narran.

La solución, según estos expertos, pasa por invertir en acondicionamiento acústico. "Gracias a la instalación de elementos fonoabsorbentes se controlará la reverberación del sonido y se evitará la generación de sonidos molestos", concluyen.