MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
El Síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS) es un problema mayor de salud pública que, en sus formas más graves, afecta al 3-6 por ciento de los hombres y al 2-5 por ciento de las mujeres, según ha señalado el experto en Medicina del Sueño y uno de los responsables de la Unidad de Gestión del Descanso de Olympia Quirónsalud, Francisco Segarra.
"Estudios realizados en España, objetivaron que presentan un Índice de apnea-hipopnea (IAH) patológico el 16-19 por ciento de los hombres y el 10-17 por ciento de las mujeres. En niños de 4-5 años la prevalencia aproximada es del 0.7-3 por ciento con un pico de incidencia entre los 2 y los 5 años", ha indicado Segarra.
Según el especialista, el SAHOS está claramente asociado a problemas de salud. "Causa hipertensión arterial y es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, oculares (glaucoma), endocrinas (diabetes, obesidad), entre otras. Además, provoca un claro deterioro de la calidad de vida del paciente, por la afectación del estado físico y anímico, que a menudo se complica por el aumento de los accidentes laborales por la somnolencia excesiva y los déficits cognitivos que comporta. Las tasas de mortalidad están aumentadas en el SAHOS. En los niños, se observan problemas de conducta, hiperactividad, déficits cognitivos, depresión del sistema inmune y en algunos casos retraso en el crecimiento".
En cuanto a los motivos, en condiciones normales se establece un equilibrio entre la presión negativa sobre la vía aérea superior, creada por la inspiración (por la noche, fundamentalmente, diafragmática) y la presión de apertura de dicha vía debida a la acción de los músculos abductores (musculatura faríngea). El paso de la vigilia al sueño representa para el organismo una situación crítica en el curso de la cual los mecanismos que condicionan la apertura de dicha vía superior se atenúan. El definitivo desplazamiento de este equilibrio de presiones en favor de las de colapso de la vía aérea superior es el hecho que condiciona el cuadro de SAHOS.
"Este fenómeno hoy se atribuye a tres motivos fundamentales, los cuales se combinan en mayor o menor proporción en todas las patologías que conllevan SAHOS, tanto en niños como en adultos: alteración del tono muscular, descoordinación neurológica y alteración del calibre de la vía aérea superior", indica el especialista.
La prueba principal para diagnosticar el SAHOS y la mayoría de los trastornos del sueño es la Polisomnografía Nocturna. Tal y como explica Segarra, esta prueba, indolora, no invasiva y que puede realizarse de forma ambulatoria, consiste en el registro continuo y simultáneo de diferentes parámetros fisiológicos, que nos permite valorar la estructura del sueño y los eventos respiratorios (ronquidos, apneas, saturación de oxígeno) o de otro tipo (movimientos anormales) durante el sueño.
Respecto a las soluciones, una de ellas es CPAP, un pequeño compresor que genera una presión positiva continua sobre la vía respiratoria. Otra de las soluciones es el dispositivo avance mandibular (DAM), que evita que la mandíbula inferior se retraiga y colapse la vía respiratoria. La cirugía también es otro posible método, ya que las intervenciones quirúrgicas pueden ser utilizadas siempre que se consiga una localización precisa del colapso. Es imprescindible una valoración previa por parte del especialista en ORL. Además, del control de peso, el sobrepeso junto con unos hábitos alimentarios inadecuados puede agravar el SAHOS.