Los especialistas recomiendan llevar a los niños a clases de natación a partir de los 4 años para prevenir estos accidentes
MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los ahogamientos son en España la segunda causa de mortalidad infantil entre los niños de uno a cuatro años y se producen con mayor frecuencia en las piscinas privadas, donde se registran hasta siete de cada diez casos, según informan especialistas de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
Con la llegada de la época estival, los pediatras quieren hacer hincapié en la importancia de garantizar la seguridad de los niños cuando acuden a la playa o a la piscina, ya que la asfixia por inmersión o ahogamiento es una causa frecuente de muerte en verano y representa el 8 por ciento de la mortalidad infantil en este periodo, especialmente por debajo de los 5 años y en varones adolescentes.
Para prevenir estos accidentes, la representante de la AEPap, la doctora Juani Solano, recomienda "iniciar el aprendizaje de la natación en torno a los cuatro años de edad y mantener una vigilancia activa por parte de los padres, evitando en lo posible prácticas peligrosas como las ahogadillas o los saltos de cabeza".
Otro de los problemas más comunes asociados al verano son las picaduras de insectos y medusas. Las picaduras de mosquito son muy frecuentes en esta época, especialmente durante la noche y al atardecer. Por este motivo, puede ser útil "en personas muy sensibles" el uso de repelentes naturales en forma de barra o loción, así como enchufes con insecticidas en las habitaciones y mosquiteras en puertas y ventanas.
NO UTILIZAR LOCIONES CON AMONIACO EN NIÑOS
Sin embargo, los pediatras no encuentran aconsejable la utilización de lociones con amoniaco o antihistamínicos tópicos que, aunque calman el picor, "pueden sensibilizar la piel". Para disminuir el riesgo de picaduras, recomiendan en su lugar utilizar ropa de colores poco llamativos, evitar paseos por zonas húmedas y no usar perfumes de olor intenso.
Respecto a cómo actuar ante una picadura de medusa, la doctora Solano "aconseja salir del mar y buscar ayuda, por la posibilidad de sufrir calambres que puedan provocar ahogamiento o, menos frecuentemente, un shock anafiláctico". "La zona de la picadura debe limpiarse con agua salada, nunca con agua dulce porque podría ocasionar rotura de células que hubieran quedado adheridas y producir aún más daño", advierte.
"Si quedan restos de medusa, se deben quitar con pinzas o guantes gruesos, o en su defecto con una toalla gruesa, sin frotar ni introducir arena en la herida --explica la doctora Solano-- se aplicará frío, por ejemplo hielo rodeado de una bolsa de plástico".
LA IMPORTANCIA DE UN BUEN FOTOPROTECTOR
En referencia a la protección de los niños frente a los efectos nocivos del sol, la representante de la AEPap señala que los cuidados más importantes en este aspecto son "evitar exponer a los niños al sol entre las 12 y las 17 horas y usar cremas o lociones fotoprotectoras con un factor de protección 15 o mayor en niños de piel clara, pelirrojos, niños de ojos claros, con pecas o afectos de dermatitis atópica u otras enfermedades de la piel".
Según distintos estudios clínicos, utilizar un fotoprotector de factor 15 durante los primeros 18 años de vida puede reducir hasta un 78 por ciento el riesgo de cáncer cutáneo. En este sentido, más del 90 por ciento de los cánceres de piel aparecen en áreas expuestas al sol, que en verano emite rayos ultravioleta (UV) más intensos, especialmente en zonas de mayor altura y mayor proximidad al ecuador.
Además, los efectos de estos rayos aumentan por el viento y las propiedades reflectoras de la superficie del suelo. De hecho, la arena refleja entre un 10 y un 25 por ciento de estos rayos, por lo que la exposición de los bañistas es "especialmente intensa", recuerdan los pediatras.
Por todo ello, los pediatras aconsejan la precaución en la exposición solar y el uso de lociones fotoprotectoras. Las recomendaciones de los especialistas pasan por "aplicar el fotoprotector antes de salir de casa y renovar frecuentemente su aplicación, aproximadamente cada dos horas, o antes si el baño es prolongado o hay un incremento de la sudoración". "Otras medidas útiles son el uso de gorras o sombreros anchos y gafas de sol con cristales homologados", apunta Solano.