MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una investigadora de la Universidad de Delaware (Estados Unidos) ha analizado la relación entre la siesta y la función neurocognitiva en los primeros adolescentes, confirmando que esta práctica puede ayudar a su rendimiento en la escuela.
El estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y con participantes de escuelas en Jintan (China), lAs investigadorAs Xiaopeng Ji y Jianghong Liu han observado la siesta de los alumnos, la duración del sueño por la noche, así como su rendimiento en varias tareas neurocognitivas.
Sus hallazgos sugieren una asociación entre la siesta y la función neurocognitiva, especialmente en China, donde la siesta es una práctica cultural. "La siesta diurna es bastante controvertida en los Estados Unidos. En China, el tiempo dedicado a la siesta está incorporado en el horario posterior a la comida. La practican muchos adultos en sus entornos de trabajo y también estudiantes en las escuelas", ha señalado Ji.
Las investigadoras analizaron principalmente dos dimensiones de la siesta, su frecuencia y duración. Los estudiantes que durmieron habitualmente, con siestas de cinco a siete días a la semana, mantuvieron mejor la atención en clase, y presentaron una mayor capacidad de razonamiento no verbal y memoria espacial.
Además, también han reflexionado sobre el tiempo que es oportuno dormir durante la siesta. Ji señala que el punto justo se sitúa entre los 30 y los 60 minutos. "Una siesta de más de una hora interfiere con el ritmo circadiano", ha apuntado, recomendando no dormir la siesta después de las 16 horas.
Por otra parte, las investigadoras se han mostrado "sorprendidas" al encontrar una relación positiva entre la siesta y el sueño nocturno, que contradice a los hallazgos científicos hasta la fecha.
"Esto difiere con lo que se pensaba en Estados Unidos, donde dormir la siesta sirve para reemplazar el sueño perdido durante la noche anterior. En consecuencia, se cree que eso puede interferir en el sueño", ha afirmado Ji.