MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
La práctica de la siesta tiene beneficios para los niños, les ayuda a afrontar el incremento de actividad y los horarios más extensos en verano, según han resaltado los especialistas del servicio de pediatría del Hospital Vithas Las Palmas.
"Es cierto que la siesta ayuda a los niños a sobrellevar con más energía el resto del día, pues habitualmente en verano pasan más tiempo practicando actividad física, por ejemplo, nadando en la piscina o jugando en la arena de la playa. Sin embargo, estos descansos diurnos deben cumplir una serie de recomendaciones para que no influyan negativamente en la calidad del sueño nocturno de los más pequeños", ha explicado la pediatra del Hospital Vithas Las Palmas, Idaira Medina.
Por ello, la especialista ha recomendado que las siestas sean de menos horas y que se realicen antes de media tarde.
"Las siestas deben tener una duración determinada. De forma general es recomendable que tengan una duración de menos de dos horas en la mayoría de los casos, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños duerman un total de horas diarias, según su edad. De hecho, este organismo recomienda que los niños de entre 1 y 2 años duerman entre 11 y 14 horas diarias, mientras que los pequeños en edad escolar, de 3 a 5 años, sugiere que duerman entre 10 y 13 horas de sueño", ha subrayado la pediatra.
Asimismo, Medina ha insistido en que las siestas veraniegas "no deben hacerse más tarde de las 18.00 horas para evitar que se unan a la noche y que pueda provocar que a los niños les cueste conciliar el sueño posteriormente. Es más, si la siesta se prolonga más tarde de esta hora puede generar más cansancio, si luego no resulta fácil conciliar el sueño, de ahí que sea clave mantener buenos hábitos de higiene del sueño".
Además, la pediatra del Hospital Vithas Las Palmas ha apuntado que "para favorecer una buena higiene del sueño durante la siesta es recomendable que el descanso se realice en un horario regular en el mismo lugar donde el niño duerme por la noche, en la medida de lo posible. También es fundamental que la siesta se haga en el mismo espacio donde el niño duerme por la noche, preferiblemente a oscuras o con luz tenue".