MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
El psiquiatra y director de la Clínica IVANE, situada en el Hospital Nisa Aguas Vivas, Augusto Zafra, ha avisado de que, si bien la mayoría de la población es consciente del riesgo que implica el consumo de alcohol, no lo es tanto de otros tipos de drogas.
"Las principales drogas de abuso más conocidas tienen efectos directos sobre la capacidad individual de una conducción adecuada", ha recalcado, para explicar que, por ejemplo, consumir cocaína provoca una reducción "drástica" de la percepción de peligro, lo que hace que se conduzca de forma "temeraria".
A esto, prosigue, se le suma el hecho de que el consumo de cocaína provoca que se pierdan muchos detalles esenciales mientras se conduce (cambio de semáforo, señales, maniobras de vehículos cercanos) puesto que reduce el foco de atención del consumidor. También se dan casos de accidentes provocados por la desaparición de los efectos de la cocaína mientras se conduce.
"La somnolencia elevada y el cansancio excesivo son efectos típicos de resaca en la cocaína y si aparecen estando al volante de un vehículo suponen un peligro añadido. Además, el consumo de cocaína suele ir ligado al abuso de alcohol, cuando ambas drogas se toman conjuntamente, conforman dentro del organismo una nueva sustancia llamada coca-etileno que tiene una vida media superior y permanece más tiempo en el cuerpo, así como una mayor potencia, que se traduce en un efecto multiplicador de cada una de las sustancias por sí solas", ha puntualizado el director de IVANE.
ENLENTECIMIENTO DE LAS REACCIONES
El cannabis es otra de las drogas cuyo consumo puede afectar, "de forma seria", la capacidad de conducción de vehículos y aumentar el riesgo de accidentes. En este sentido, el experto ha alertado de que sobre todo sus efectos de enlentecimiento de las reacciones son los que suponen un peligro de accidentes.
"En los casos de consumidores de cannabis que puede provocar la aparición de sintomatología delirante-alucinatoria, tales como paranoias o manías persecutorias, la conducción de vehículos puede implicar riesgos elevados de accidentes. El miedo por la convicción psicótica de que son perseguidos u observados provoca errores y una atención deficitaria, así como reacciones inadecuadas que ponen en peligro su integridad y la de los que les rodean", ha recalcado Zafra.
Otras sustancias de consumo más minoritario, como heroína, son "totalmente incompatibles" con la conducción debido a sus "elevados efectos sedantes". Además, el consumo de tranquilizantes, aunque esté pautado por un médico, supone un riesgo en la carretera si no se toman las precauciones necesarias.
"Los principales peligros provienen de una excesiva somnolencia al volante o de estados de ánimo con muchos altibajos debidos, en muchas ocasiones, al exceso de su consumo por automedicación. En este sentido, conocer el medicamento que se está ingiriendo y seguir las indicaciones terapéuticas del profesional prescriptor es fundamental para evitar percances evitables en la carretera y fomentar una conducción segura", ha zanjado el experto.