MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las personas que tienen un padre, hermano o hijo con algún tipo de cáncer de sangre tienen una mayor probabilidad de ser diagnosticados con una enfermedad de este tipo, según un estudio del Instituto de Investigación en Cáncer de Londres (Reino Unido), que se ha publicado en la revista 'Blood'.
La edad del diagnóstico, si el pariente es padre, hermano o hijo, y el número de parientes de primer grado afectados juegan un papel determinante en el riesgo relativo de desarrollar ciertos tipos de cáncer de sangre, de acuerdo con este trabajo, que ofrece la primera evidencia de que tales riesgos familiares existen en todo el espectro de las neoplasias malignas hematológicas.
En este trabajo, los casos con un vínculo familiar representaron 4,1 por ciento de todos los diagnósticos de cáncer de sangre, más que los cánceres del sistema nervioso, los riñones y el páncreas, pero menos que los de mama, colon y próstata, que oscilan entre 8 y 15 por ciento. Se observaron los mayores riesgos relativos para ciertos subtipos de linfoma de Hodgkin, linfoma linfoplasmacítico y linfoma de células del manto. También se observaron riesgos familiares marcadamente elevados para la policitemia vera, la mielodisplasia y la trombocitemia esencial.
El análisis se basó en 16 millones de personas de la Base de Datos Sueca de Cáncer Familiar, incluyendo finalmente 153.115 pacientes con cáncer de sangre confirmado y 391.131 parientes de primer grado, lo que permitió a los investigadores caracterizar completamente el riesgo familiar en todos los tipos de cáncer de sangre.
Para cánceres específicos de la sangre como la leucemia linfocítica crónica (LLC), el aumento en el riesgo depende de la edad del pariente afectado; si es padre, hermano o hijo; y el número de parientes de primer grado afectados. Por ejemplo, para el linfoma no Hodgkin, el riesgo era mayor entre los que tenían un hermano con la enfermedad, mientras que otros cánceres de la sangre eran más propensos a ocurrir si un padre había sido diagnosticado. En general, el riesgo familiar era más pronunciado cuando los familiares eran diagnosticados a edades más tempranas.