MADRID, 3 Dic. (EDIZIONES) -
Acabamos de dejar atrás el bombardeo de ofertas del 'Black Friday' y el 'Ciber Monday' y la mayoría de comercios ya han adaptado sus precios a las compras navideñas, aunque todavía falten algunas semanas por llegar. Es una época en la que el consumismo se desborda, tanto por los regalos propios de Papá Noel o los Reyes Magos como para adornar la casa o llenar la nevera de cara a las cenas y comidas propias de estas fiestas. Y si somos más de salir a comer fuera, también tenemos ofertas. El caso es gastar.
El problema, según reconoce el director de la Clínica IVANE del Hospital Nisa Aguas Vivas, Augusto Zafra, es que tal sucesión de tentadoras ofertas puede enmascarar un verdadero problema conductual basado en la compra compulsiva de objetos que no se necesitan, no sirven y que ni siquiera gustan.
Para reconocer a un comprador compulsivo, este experto recomienda tener en cuenta ver si se acumulan regalos que no tienen utilidad, ropa o todo tipo de baratijas, y si la persona se siente depresiva y con un sentimiento de vacío constante, independientemente de lo que adquiere.
Eso no quita que todos, alguna vez, hayamos comprado algo que no vamos a utilizar y que únicamente sirve para gastar nuestro dinero. Pero la persona con serios problemas patológicos sufre, y nunca mejor dicho, una verdadera obsesión por comprar de forma reiterada y además con un gran sentimiento de culpa similar al que ocurre, por ejemplo, con personas que consumen drogas o tienen otro tipo de adicciones.
Para acotar un poco más el perfil de los compradores compulsivos, el doctor Zafra admite que en la mayoría de casos suelen haber alcanzado los 40 años y son personas casadas, dándose más casos que entre los solteros y divorciados.
GRUPOS DE RIESGO DE COMPRAR SIN PARAR
Por orden, se podría decir que los grupos más afectados son: las amas de casa, ejecutivos, estudiantes y personas que ejercen profesiones liberales. Además, es importante destacar que entre el 80 y 90 por ciento suelen ser mujeres.
Además, las personas adictas a las compras suelen detestar aquello que han comprado de forma compulsiva. No lo muestran y tratan de esconderlo para no tener que dar explicaciones. Este perfil de persona es más propenso a padecer depresiones, otro tipo de adicciones a drogas o fármacos, trastornos de la conducta alimentaria o alteraciones de comportamiento impulsivo, que requieren un abordaje integral de estos síntomas.
Es posible que la persona con síndrome de compra compulsiva padezca también otro tipo de problemas psicológicos. De hecho, puede coincidir que también sean personas con baja autoestima, que tienden a depender emocionalmente, propensas a tener dificultades de relación y, además, con una importante insatisfacción vital, lo que requiere un abordaje psicológico y psiquiátrico mantenido en el tiempo.