MADRID 30 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), el doctor José Antonio Páramo, ha recordado que el abandono del tabaco podría reducir en un 15 por ciento las enfermedades del aparato circulatorio.
"La relación de la nicotina y otros componentes del tabaco con las enfermedades del aparato circulatorio ya que se ven claramente favorecidas por el consumo de tabaco y se podrían reducir en un 15% si se produjera un abandono del tabaco por parte de los fumadores", ha señalado con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebra este miércoles.
En los hombres fumadores el infarto agudo de miocardio (IAM) aparece, en promedio, diez años antes que en los no fumadores y, si el consumo es mayor de 20 cigarrillos por día, puede anticiparse unos 20 años. Según afirma el presidente de la SETH, "el riesgo de padecer infarto es el doble en los hombres fumadores y el triple en las mujeres fumadoras respecto a los no fumadores de ambos sexos, una situación que nos lleva a alertar de la importancia de concienciar sobre el mal hábito del consumo de tabaco".
En el caso de la trombosis venosa, el riesgo se multiplica por 40 en las mujeres de más de 40 años que reciben terapia hormonal "aunque el riesgo de trombosis no es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados", añade.
Por otro lado, la sociedad destaca que la trombosis ese una de las enfermedades más frecuentes del aparato circulatorio, "que hace referencia a la formación de coágulos de sangre potencialmente mortales en las arterias (trombosis arterial) o en las venas (trombosis venosa)".
"Una vez que se forma, el coágulo puede ralentizar o bloquear el torrente sanguíneo normal e incluso desprenderse y trasladarse hacia un órgano. Esto puede ocasionar una lesión significativa, como infarto de miocardio, ictus y tromboembolia venosa (TEV), las tres principales enfermedades cardiovasculares causantes de muerte", advierte.
La mortalidad atribuible al tabaquismo en el sexo masculino es del 46% y entre las mujeres menores de 65 años es del 37 %, siendo uno de los principales factores de riesgo. Además el riesgo es más alto entre los individuos más jóvenes (de 35 a 60 años). Como ejemplo, destaca varios estudios que demuestran que el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular entre las personas fumadoras es cuatro veces más alto que en las personas que no fuman.
"El aumento de la frecuencia cardiaca, la vasoconstricción, arterias y venas se contraen dificultando la circulación sanguínea y dificultando el riego del corazón y de otros órganos" son, según los expertos de la SETH, los principales efectos del tabaco sobre el sistema circulatorio.
El mayor consumo de oxígeno en el organismo y anulación de la función de los glóbulos rojos, el riesgo de producirse obstrucciones en las arterias y venas (trombosis), el aumento de la probabilidad de sufrir arritmias, la aparición de aterosclerosis, placas en los vasos sanguíneos que dificultan aún más la circulación o el aumento de fibrinógeno y de parámetros inflamatorios que pueden condicionar un estado de hipercoagulabilidad, son otras de las consecuencias que puede provocar el tabaco en el organismo" concluye.