MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
En los últimos años, la psilocibina -el compuesto activo presente en las conocidas "setas alucinógenas"- ha pasado de ser un símbolo de la contracultura a convertirse en un candidato serio dentro de la investigación médica. Ahora, una revisión sistemática realizada por expertos del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental (Australia) aporta nuevas evidencias que respaldan su posible uso en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Los estudios analizados muestran que una sola dosis de psilocibina puede reducir de forma rápida y significativa los pensamientos intrusivos y los comportamientos repetitivos característicos de este trastorno, incluso en casos resistentes a los tratamientos actuales. Aunque aún existen limitaciones y se necesitan ensayos más amplios y controlados, los resultados abren la puerta a nuevas opciones terapéuticas en un campo donde las alternativas son escasas.
EFECTOS DE LA PSILOCIBINA EN LAS CONDUCTAS OBSESIVO-COMPULSIVAS
Una revisión sistemática de expertos del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental (Australia) publicada en 'Psychedelics' sintetiza la evidencia clínica y preclínica sobre los efectos de la psilocibina en las conductas obsesivo-compulsivas, revelando un potencial terapéutico consistente en pacientes humanos y modelos animales validados.
Los ensayos clínicos sintetizados en esta revisión demuestran reducciones consistentes en los síntomas obsesivo-compulsivos después de la administración de psilocibina, aunque con limitaciones metodológicas que atemperan la interpretación.
El análisis exhaustivo examinó 13 estudios elegibles identificados mediante búsquedas sistemáticas en bases de datos, incluidos cuatro ensayos clínicos con pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno dismórfico corporal, junto con nueve investigaciones preclínicas que utilizan paradigmas conductuales establecidos.
REVELA UN PATRÓN CONVINCENTE
La síntesis revela un patrón convincente: dosis únicas de psilocibina condujeron a reducciones rápidas de los síntomas en poblaciones clínicas, mientras que en el modelo de ratón knockout SAPAP3, un modelo genético validado de conducta compulsiva, la psilocibina produjo reducciones robustas en el acicalamiento excesivo que persistieron durante semanas después de una sola administración.
El equipo de investigación realizó búsquedas sistemáticas en PubMed utilizando cadenas de búsqueda cuidadosamente construidas que capturaron estudios que examinaban la psilocibina, la psilocina o los hongos que contienen psilocibina en relación con los síntomas o comportamientos obsesivo-compulsivos. Su búsqueda, realizada en marzo de 2025 con una búsqueda actualizada en septiembre de 2025, identificó inicialmente 370 artículos, que después de aplicar rigurosos criterios de exclusión arrojaron 13 estudios que cumplieron con los estándares de inclusión.
La síntesis siguió las pautas de los Elementos de Informe Preferidos para Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis, lo que garantiza una metodología transparente y reproducible.
CRECIENTE RECONOCIMIENTO DE SU APLICACIÓN TERAPÉUTICA
Lo que hace que esta revisión sea particularmente oportuna es el creciente reconocimiento de que las aplicaciones terapéuticas de la psilocibina pueden extenderse más allá de los trastornos del estado de ánimo a afecciones caracterizadas por comportamientos repetitivos y ritualistas. Si bien las revisiones anteriores han examinado el potencial de la psilocibina para el trastorno obsesivo-compulsivo, ninguna empleó una metodología sistemática ni extendió la discusión al espectro completo del trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados.
Los estudios analizados abarcan diversos enfoques metodológicos, desde ensayos clínicos abiertos hasta desafíos farmacológicos aleatorizados, y desde evaluaciones conductuales agudas en roedores silvestres hasta estudios longitudinales en modelos con genes knockout. Los estudios clínicos incluyeron pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo resistente al tratamiento y trastorno dismórfico corporal, afecciones que comparten características centrales de pensamientos intrusivos angustiantes y comportamientos repetitivos.
Las investigaciones preclínicas emplearon múltiples paradigmas conductuales, incluyendo pruebas de enterrar canicas en ratones silvestres y evaluaciones de acicalamiento excesivo en ratones knockout para SAPAP3, que carecen de una proteína postsináptica crucial para la función estriatal y muestran comportamientos compulsivos análogos al trastorno obsesivo-compulsivo humano. Esta amplitud de evidencia, que abarca especies y metodologías, refuerza la confianza en los patrones identificados mediante síntesis.
El equipo de revisión reconoció importantes limitaciones en la literatura existente, como el pequeño tamaño de las muestras en los estudios clínicos, la ausencia de controles con placebo en varios ensayos y la escasez de investigaciones mecanicistas sobre cómo la psilocibina produce sus efectos anticompulsivos. Estas lagunas fundamentaron las recomendaciones de la revisión para futuras líneas de investigación, transformando las limitaciones identificadas en oportunidades para el avance del campo.