MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de la Universidad de Essex (Reino Unido) ha trazado el perfil de cuál sería la persona más aburrida del mundo: un trabajador religioso que se dedica al análisis de datos, al que le gusta ver la televisión y que vive en una ciudad.
Tras examinar a más de 500 personas en cinco experimentos, los investigadores descubrieron que los trabajos más aburridos se consideran el análisis de datos, la contabilidad, la limpieza y la banca.
El trabajo, publicado en la revista científica 'Personality and Social Psychology Bulletin', también descubrió que la religión, ver la televisión, observar los pájaros y fumar se encontraban entre las aficiones más aburridas. Las personas aburridas también se perciben como que huyen de los grandes asentamientos para vivir en ciudades y pueblos pequeños.
Dirigida por doctor Wijnand Van Tilburg, del Departamento de Psicología de esta universidad británica, la investigación reveló que las personas estereotipadamente aburridas suelen ser rechazadas y evitadas debido a las ideas preconcebidas.
El autor del estudio se propuso explorar el estigma del aburrimiento percibido y cómo puede influir en las percepciones. "Lo irónico es que estudiar el aburrimiento es realmente muy interesante y tiene muchas repercusiones en la vida real. Este trabajo muestra lo persuasivas que son las percepciones del aburrimiento y el impacto que pueden tener en la gente", apunta el científico.
Van Tilburg detalla que las percepciones pueden cambiar, pero es posible que la gente no se tome el tiempo de hablar con quienes tienen trabajos y aficiones 'aburridos', y que prefiera evitarlos. "No tienen la oportunidad de demostrar que la gente está equivocada y romper estos estereotipos negativos. El mero hecho de que la gente decida evitarlos puede conducir al ostracismo social y aumentar la soledad, lo que tiene un impacto realmente negativo en sus vidas", añade al respecto.
El estudio también demostró que ser percibido como aburrido probablemente transmite poca competencia y poca calidez interpersonal. Por tanto, quienes son percibidos como aburridos pueden correr un mayor riesgo de sufrir daños, adicciones y problemas de salud mental.
Y a pesar de la percepción negativa, el estudio recuerda que la sociedad necesita personas que desempeñen funciones como la contabilidad y la banca. "Me resultó interesante ver que el estudio mostraba que las personas aburridas no eran vistas como competentes. Yo habría pensado que los contables serían vistos como aburridos, pero eficaces y la persona perfecta para hacer un buen trabajo en su declaración de la renta. La verdad es que personas como los banqueros y los contables son muy capaces y tienen poder en la sociedad; quizás deberíamos intentar no molestarles y estereotiparles como aburridos", remacha Van Tilburg.