MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las personas que experimentan no sólo emociones positivas, sino una diversidad de emociones positivas, parecen tener niveles más bajos de inflamación sistémica, lo que puede reducir su riesgo de patologías crónicas como la diabetes y las enfermedades del corazón, según concluye una investigación publicada en la revista 'Emotion de la Asociación Americana de Psicología.
"Existe una creciente evidencia de que las respuestas inflamatorias pueden ayudar a explicar cómo las emociones se ponen bajo la piel, por así decirlo, y contribuyen a la susceptibilidad a la enfermedad", afirma el autor principal del trabajo, Anthony Ong, de 'Cornell University' y 'Weill Cornell Medical College'.
"Nuestros hallazgos sugieren que tener una vida emocional positiva rica y diversa puede beneficiar a la salud por los bajos niveles circulantes de inflamación", añade.
Ong y sus colegas buscaron investigaciones previas que sugerían que las personas que experimentan emociones más positivas tienden a registrar mejores resultados de salud a lo largo del tiempo.
Específicamente, trataron de determinar si el rango y la variedad de emociones que los individuos experimentan --lo que denominaron "emodiversidad"-- estarían relacionados con un indicador biológico objetivo, es decir, la inflamación.
INFLAMACIÓN SISTÉMICA, VINCULADA CON DIABETES, OSTEOPOROSIS Y ATEROSCLEROSIS
Los altos niveles de inflamación sistémica se han asociado con enfermedades crónicas (por ejemplo, aterosclerosis, diabetes tipo 2, osteoporosis) y un mayor riesgo de muerte prematura, apunta Ong.
Los científicos siguieron a 175 participantes, de 40 a 65 años, del área metropolitana de Phoenix durante 30 días, tiempo en el que los participantes usaron una tableta que se les dio con el fin de mantener un registro diario de sus experiencias emocionales. Seis meses después, se tomaron muestras de sangre y se analizaron marcadores de inflamación (es decir, IL-6, CRP, fibrinógeno).
"Una mayor diversidad en el día a día de emociones positivas se relacionó con una inflamación sistémica inferior --explica Ong--. Esta asociación siguió siendo significativa después de explicar los niveles medios de emociones positivas o negativas, diferencias en características demográficas, índice de masa corporal, personalidad, uso de medicamentos y enfermedades médicas".
Es importante señalar que este efecto sólo se encontró para la diversidad de emociones positivas, según Ong, un hallazgo que fue sorprendente para los investigadores, ya que se esperaba encontrar relaciones similares para la diversidad negativa y emocional general también.
Para determinar la diversidad emocional positiva, los investigadores pidieron a los participantes que indicaran su experiencia de 16 emociones positivas diferentes (entusiasmado, interesado, decidido, excitado, divertido, inspirado, alerta, activo, fuerte, orgulloso, atento, feliz, calmado) a través del periodo de 30 días.
Se midió la diversidad no sólo por el número de emociones discretas experimentadas, sino por la distribución global y el número de veces que se experimentó cada emoción.
"Específicamente, la baja emodiversidad se caracteriza por experiencias emocionales relativamente homogéneas y concentradas en unas pocas categorías emocionales, mientras que la elevada emodiversidad refleja experiencias emocionales relativamente diversas y distribuidas de manera más uniforme entre las categorías", dice Ong.
Aunque estudios previos han examinado el papel independiente de las emociones positivas y negativas en la inflamación, Ong cree que esto puede ser el primero en examinar el papel de la diversidad de la emoción.
Sin embargo, advierte que los hallazgos, que se centran específicamente en individuos de mediana edad de un área geográfica única, necesitan replicarse en muestras más grandes y culturalmente más diversas.