MADRID, 1 Sep. (EDIZIONES) -
Muchas personas consideran que el año comienza en septiembre y no en enero, por lo que no es raro que se marquen propósitos del tipo dejar de fumar o aprender un idioma al inicio del ciclo. No obstante, alcanzarlos puede no ser fácil, lo que en última instancia genera frustración.
En efecto, "para el humano en occidente, septiembre es un inicio de temporada, es un inicio de ciclo, por lo que se hace un balance de lo acontecido en el ciclo anterior y se ponen objetivos nuevas de cara al nuevo proyecto o al nuevo curso", confirma en una entrevista con Infosalus el psicólogo clínico Sergio García.
Se pueden establecer similitudes en estas inquietudes que aparecen en septiembre. "Los más comunes tienen que ver con abandonar comportamientos que a uno no le agradan e iniciar conductas que son más acordes con lo que uno piensa que sería beneficioso para sí mismo", apunta García.
En este contexto, el experto destaca que "es muy común querer aprender un idioma nuevo a principio de curso, es lógico que los gimnasios en septiembre se llenen, que comencemos a hacer colecciones y que intentemos dejar de fumar". Es decir, "sería una reflexión sobre qué es lo que uno quiere para su vida", resume el psicólogo clínico.
En este contexto, García proporciona consejos para cumplir estos propósitos de año nuevo. "Lo que tenemos que hacer para cumplir nuestros objetivos es sencillo y al mismo tiempo es difícil", apunta el experto. En primer lugar, el psicólogo clínico alude a que "es necesario que pensemos que es un camino a recorrer en el que vamos a tener que ir pasando diferentes etapas".
Por ejemplo, si el objetivo es aprender inglés, "tenemos que saber que primero tendremos que saber gramática, realizar lecturas y hacer escucha", indica García, que insiste en que "tenemos que ir pensando que aquellas actividades que nos vamos a plantear no las podemos tener de golpe, que va a ser un proceso y no una finalidad en sí misma".
La razón es que, según García, "si lo hacemos por etapas y, por lo tanto, no ponemos grandes objetivos sino que los acortamos, de ese modo no nos vamos a frustrar", continúa el experto. "Es muy común que en diciembre o en noviembre abandonemos el gimnasio, comencemos a fumar otra vez o abandonemos el nuevo idioma. Para que esto no suceda tenemos que saber que tienen que ser objetivos cortos, objetivos pequeños", incide el psicólogo clínico.
Por otro lado, la otra clave del éxito en el cumplimiento de estos propósitos es marcarse objetivos que satisfagan a uno. "Lo que tenemos que saber también es si realmente el objetivo que estamos poniendo es un objetivo que me satisface y con el cual yo estoy cómodo o no", expone el experto, que lamenta que "lo que suele suceder" es que las personas se marcan objetivos o actividades que piensan que son buenas porque se lo ha dicho la familia, los amigos, la sociedad o la prensa, por ejemplo.
"En el fondo no son objetivos con los cuales estamos de acuerdo", señala el psicólogo clínico, que ejemplifica sus palabras con el abandono del hábito tabáquico. Es decir, "si no quieres dejar de fumar, tampoco es necesario que lo dejes si no es una cosa que va desde dentro hasta fuera", dice el experto.
SI NO SE CUMPLEN
Que una persona no cumpla los objetivos que se ha marcado puede generarle sentimientos de frustración. En efecto, no cumplirlos "afecta porque frustra", según el psicólogo clínico, que comenta que el sentimiento tiene raíz en comenzar "una actividad y luego darse cuenta de que no se es capaz de mantenerse en ella, de que no se tienen la capacidad de sostener la voluntad durante un tiempo", según García.
Además, la frustración a largo plazo implica una mala imagen de uno mismo, que se resume en "empiezo las cosas pero no las acabo", explica el experto, que también menciona como consecuencia la autoestima baja y la desmotivación. Por lo tanto, en este sentido, García recomienda pensar antes en la actividad que quiere iniciarse.