MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Medicina de Urgencia y Emergencias (SEMES) ha señalado la necesidad de aprobar una especialidad de Enfermería de Urgencias y Emergencias para dar una respuesta más adecuada a los accidentes de tráfico, teniendo en cuenta que el 75% de las muertes en carretera ocurre en las primeras horas del accidente.
En 2024 murieron 1.785 personas en las carreteras españolas en un total de 101.996 siniestros, y 9.561 fueron hospitalizadas. Las causas más habituales en los accidentes mortales de 2024 fueron las distracciones (30%), el alcohol (28%) y la velocidad inadecuada (22%). Además, aunque el uso del cinturón de seguridad es cada vez más mayoritario, cerca de un tercio de los fallecidos no lo llevaban puesto; tampoco 1 de cada 10 motoristas fallecidos en vías urbanas tenía puesto el casco. Las lesiones más frecuentes en las víctimas mortales se encuentran en el torso y traumatismos craneoencefálicos.
"Solo un 10% de las víctimas mortales fallece inmediatamente después del accidente, mientras que un 15% lo hace días o semanas después a raíz de complicaciones3. En cambio, el 75% de las víctimas muere entre la primera y la segunda hora del accidente, la llamada 'hora de oro'. Tener buenas infraestructuras de atención en emergencias y profesionales bien preparados para este tipo de situaciones es esencial para reducir el número de víctimas mortales", señala Carmen Casal, vicepresidenta de enfermería de SEMES.
La mayoría de estas víctimas fallece por la obstrucción de la vía aérea y pérdida de sangre; en ese sentido, SEMES recalca que la especialidad de Enfermería de Urgencias y Emergencias permitiría dar una respuesta mucho más adecuada a este tipo de casos, especialmente en lesiones tiempo-dependientes. "Hay muchísimos factores a tener en cuenta en un accidente de tráfico, sobre todo si hay múltiples víctimas: los posibles factores de riesgo en el lugar del accidente, el entrenamiento para realizar adecuadamente las maniobras necesarias, los cuidados para mantener estable a las víctimas de lesiones graves, cómo debe ser el transporte sanitario hasta que puedan llegar al hospital...", enumera Javier Morillo, miembro de la Comisión de la Especialidad en Enfermería de Urgencias y Emergencias (EEUE) de SEMES.
CÓMO ACTUAR EN UN ACCIDENTE DE TRÁFICO GRAVE
En caso de accidente, es fundamental para evitar estos fallecimientos llamar al 112 para pedir asistencia sanitaria urgente. "Muchos de los accidentes de tráfico que se producen en nuestras carreteras se pueden prevenir respetando las normas de seguridad. Sin embargo, si somos testigos de algún caso grave, es esencial conocer unas normas básicas de primeros auxilios para tratar de maximizar las posibilidades de supervivencia de las víctimas o bien evitar lesiones graves", señala Carmen Casal.
Lo primero que hay que hacer es avisar al 112 e informar de la magnitud del siniestro, como características del accidente, número de víctimas y gravedad. No abandone el lugar del accidente hasta que llegue la ayuda salvo permiso expreso de la autoridad; priorizar la atención a los heridos según su estado. Si no están conscientes, hay que comprobar, en este orden, si no tienen obstruida la vía aérea por la lengua o algún objeto, si el herido respira y si su respiración es normal y si tiene alguna hemorragia.
Si comprueba que el herido no respira durante 10 segundos, es necesario realizar la maniobra de resucitación cardiopulmonar. Para ello, hay que arrodillarse junto al lado de la víctima a la altura del pecho y colocar el talón de la mano en el centro del pecho de la víctima y el talón de la otra mano sobre la primera. Para realizar las compresiones, debemos colocarnos en vertical sobre el pecho de la víctima y con los brazos rectos para dejar caer el peso del cuerpo hasta hundir el pecho del herido unos 4-5 cm. El ritmo consiste en alternar 30 compresiones con 2 insuflaciones boca a boca.
En caso de hemorragia externa, la medida más efectiva es ejercer presión directa con la mano. La gasa o prenda que se utilice no se debe levantar o cambiar aunque se manche. Si no para de sangrar, tenemos que elevar el miembro afectado mientras se mantiene la presión. Además, no hay que dar de comer ni de beber a los heridos y hay que evitar que se movilicen o anden para evitar lesiones salvo que exista una indicación clara. Tampoco se debe quitar el casco a los motoristas. Si se mueve a un herido, hay que hacerlo manteniendo el bloque de cabeza-cuello-tronco.