MADRID 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Pese a que hace una década de la llegada de los antivirales (ADD) que curan la enfermedad la hepatitis C, aún se producen semanalmente en España cuatro muertes imputables a causas relacionadas con la hepatitis C que, advierte el coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE) y, el doctor el Javier García-Samaniego, "son evitables".
"Hay un tratamiento que la cura prácticamente en el 100% de los casos y que, si se administra de forma precoz, puede evitar el daño que esta causa en el hígado a lo largo de los años", afirma el también jefe de la Sección de Hepatología del Hospital Universitario La Paz (HULP) de Madrid.
Con cerca de 170.000 pacientes tratados y curados desde 2015, España lidera a nivel mundial la lucha contra la hepatitis C, aun así, es necesario seguir avanzando en la eliminación de esta infección viral crónica para la que no existe vacuna, pero sí un tratamiento que la cura.
La clave de estos fallecimientos reside en el diagnóstico tardío, que se produce en un tercio de los casos y que es el que hace que el daño que ya existe en el hígado no sea, en muchos casos, reversible, a pesar de la curación de la infección.
Con una prevalencia de infección activa en la población general que el Ministerio de Sanidad situaba en el 0,22% en el año 2018, y que la AEHVE estima que estará hoy en torno al 0,1%, los casos que quedan por diagnosticar, tratar y curar son, en población general, los de personas que contrajeron la infección hace dos décadas y no saben que la tienen o no fueron tratadas en su momento.
"Cada persona con un diagnóstico tardío (los síntomas de la hepatitis C son inespecíficos y la enfermedad puede tardar hasta 20 años en manifestarse) generará una gran carga de enfermedad -cirrosis y cáncer de hígado, entre otros- para el sistema sanitario", explica la doctora Marta Casado, presidenta de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), para quien la incorporación de la Inteligencia Artifical (IA) y de estrategias diagnósticas como la agrupación de muestras o pooling permitiría hacer un cribado por edad en la población general completamente asumible.
Actualmente, en España se estima que quedan aún 20.000 personas con hepatitis C que desconocen que tienen la infección. Encontrar a estos pacientes no diagnosticados o perdidos en la población en general es uno de los retos, al que se suma realizar una búsqueda activa de casos entre los colectivos más vulnerables, personas alejadas de los circuitos asistenciales habituales y a las que solo es posible llegar con recursos descentralizados y estrategias alternativas.
"En ese camino estamos los especialistas desde una década", con el apoyo de las ONG y de las entidades locales, más cercanas a estas poblaciones, con estrategias de microeliminación que acercan el diagnóstico y el tratamiento a estas personas, ha señalado la experta.