MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
El 50 por ciento de los niños que necesitan gafas no las utiliza porque sus padres desconocen que tiene problemas en la vista, un problema que es determinante en uno de cada tres casos de fracaso escolar, según los datos de la asociación Visión y Vida.
La falta de coordinación ojo-mano; la fatiga visual; la visión borrosa de cerca, ya sea eventual o continua; y los dolores de cabeza sobre y a los lados de los ojos son los principales síntomas de un problema de visión en los niños.
Los problemas en la vista también tienen consecuencias en el rendimiento escolar y, como ha explicado el presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina, sus efectos se evidencian en "la falta de comprensión de las tareas o en la lectura de libros; un bajo rendimiento escolar; una lectura lenta o guiada con el dedo, acercándose mucho al papel; salirse de los espacios al colorear un dibujo; y déficit de atención o concentración e hiperactividad en lugares cerrados".
Por todo ello, desde la asociación Visión y Vida han recomendado realizar una revisión de la vista a los niños antes de la vuelta al colegio, aunque no se haya percibido ninguno de estos síntomas. En algunos casos, los niños no son capaces de describir lo que les pasa, por lo que los problemas de la vista pueden ser difíciles de detectar y, a largo plazo, podrían generar patologías más graves.
LA TELEVISIÓN DETERIORA LA VISTA
Ver la televisión y pasar mucho tiempo jugando a videojuegos provoca estrés y cansancio en los ojos, lo que a la larga puede causar diferentes problemas de visión. Es preferible que los niños pasen su tiempo de ocio jugando con otros niños o en el exterior, ya que, además de prevenir el cansancio de la vista, de esta forma puede aumentar su capacidad de atención y el desarrollo del lenguaje, según un estudio de la Academia Americana de Pediatría.
Para prevenir la fatiga visual, Alsina ha aconsejado seguir la regla del veinte, que consiste en "cada veinte minutos, descansar veinte segundos; y parpadear veinte veces mirando a una distancia de unos veinte pies, alrededor de cinco metros".
Por otro lado, es fundamental que los niños aprendan a sentarse bien "para evitar problemas durante su crecimiento" y que, cuando usen el ordenador, mantengan la espalda recta y haya una distancia de 50 centímetros entre la pantalla en los ojos, ha explicado Alsina. También es recomendable evitar reflejos luminosos en la pantalla y mantener una luz ambiental en la habitación.