NUEVA YORK, 21 Dic. (Reuters/EP) -
Un estudio de la Universidad de Wisconsin en Madison, Estados Unidos, ha demostrado que muchos pacientes con cáncer avanzado siguen trabajando a pesar de que los síntomas de la enfermedad o el tratamiento se lo impide, según los resultados de un trabajo publicado en la revista 'Cancer'.
El trabajo incluyó a casi 700 adultos de 65 años que padecían un cáncer metastásico, en el que el tumor se había extendido a otras partes del cuerpo, y vieron como más de un tercio había seguido trabajando después de ser diagnosticados.
No obstante, más de la mitad de estos pacientes (58%) reconocían haber cambiado su actividad laboral como consecuencia de la enfermedad, bien reduciendo algunas horas su jornada bien dejando definitivamente el trabajo.
Muchos aspectos de la enfermedad, como el tipo de tumor, el tiempo transcurrido desde el diagnóstico o el número de metástasis, no parecían influir en esos cambios en el trabajo. Pero otros como la gravedad de algunos síntomas como el dolor, el cansancio o la pérdida de memoria sí que eran determinantes en esta decisión.
"Nuestros hallazgos sugieren que existen algunos factores modificables asociados con el cambio que conlleva tener cáncer que podrían permitir a los pacientes seguir trabajando si quisieran", ha explicado Amye Tevaarwerk, autor principal del estudio.
Los investigadores examinaron los datos del cáncer metastásico y la situación laboral de 282 personas con cáncer de mama, 203 con cáncer colorrectales, 134 con cáncer de pulmón y 49 con tumores de próstata.
Alrededor del 20 por ciento de estos pacientes no estaba trabajando antes de que les diagnosticaran el cáncer y tampoco comenzaron a hacerlo después.
Un porcentaje algo superior, un 23 por ciento, estaban trabajando y no sufrieron ningún cambio en el trabajo tras el diagnóstico, incluyendo 129 que trabajaban a tiempo completo y 25 a tiempo parcial.
Entre los que trabajaban antes del diagnóstico, los pacientes de raza blanca, que eran la mayoría de quienes participaban en el estudio, tenían más probabilidades de seguir trabajando que las personas de otras etnias tras saber que tenían cáncer.
LAS PACIENTES CON TUMORES MAMARIOS LO DEJAN MENOS
Asimismo, más de la mitad de los pacientes con cáncer de mama reconocieron estar trabajando de forma estable, al igual que el 27 por ciento de las personas con tumores colorrectales y el 10 por ciento de los que tienen un tumor maligno de próstata o pulmón.
Aún así, el 45 por ciento de los pacientes participantes en el estudio habían dejado de trabajar tras el diagnóstico y, entre ellos, el 56 por ciento admitió que el cansancio continuado era una de las razones de haber abandonado el trabajo, mientras que el 41 por ciento lo achacaba a los problemas de somnolencia, el 37 por ciento a un dolor intenso y el 25 por ciento a problemas de memoria.
El estudio no analizó el tipo de trabajo ni las condiciones económicas de los pacientes o de sus familiares que pudieran determinar si necesitaban seguir trabajando o no. "No podemos saber realmente por qué decidieron seguir trabajando", ha reconocido Tevaarwerk.