SEEDO advierte de que es "un error peligroso" que profesionales de la salud sin titulación en Medicina traten la obesidad

Actualizado: viernes, 3 julio 2009 13:20

MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) advirtió hoy de que es "un error potencialmente peligroso" que las personas con obesidad confíen el tratamiento de su problema a personas que, aún siendo profesionales de la salud, carecen de la titulación de Medicina y por tanto, "de los conocimientos suficientes para diagnosticar, prescribir un tratamiento y hacer, con garantías, el seguimiento evolutivo del mismo".

Ante "la proliferación de anuncios engañosos dirigidos a la población general", la SEEDO advierte de que "banalizar el problema de la obesidad" o el intentar resolverla con el empleo aislado de medidas como los fármacos, la cirugía o el balón intragástrico, como promocionan algunas campañas publicitarias, "además de ineficaz, puede originar peligrosos efectos adversos".

Recuerdan que la obesidad es "una enfermedad" y que como tal ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que también es "un factor de riesgo que favorece la aparición de muchas otras enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial o las enfermedades cardiovasculares, predisponiendo incluso al desarrollo de ciertos cánceres".

"Estas circunstancias confieren a esta enfermedad una especial gravedad que, además de deteriorar la calidad de vida, multiplica por dos o por tres el riesgo de muerte en comparación con el de las personas no obesas", apuntaron, por lo que la obesidad "debe ser evaluada y su tratamiento controlado por un médico", de Atención Primaria, Internista o Endocrinólogo.

El abordaje de esta enfermedad incluye múltiples aspectos, como recomendaciones dietéticas, modificación de hábitos de vida, ejercicio físico, medicamentos e incluso procesos quirúrgicos. Además, se deben diagnosticar, vigilar y tratar todas las complicaciones asociadas a la obesidad, como la diabetes, la hipertensión arterial o la enfermedad coronaria, entre otras.

"La aplicación rigurosa de estas actuaciones, así como la indicación de los diferentes tipos de terapias, la valoración de los posibles efectos secundarios y la supervisión global del tratamiento corresponde exclusivamente al médico", concluyeron.