MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
La glándula salival segrega saliva que ayuda a masticar y tragar los alimentos y el páncreas segrega jugos digestivos que permiten al cuerpo descomponer la grasa, las proteínas y los carbohidratos en la comida, de forma que secreciones como éstas son importantes en un sinfín de actividades que apoyan a nuestros cuerpos durante el día y la noche. Un estudio publicado este martes en 'Science Signaling' descubre un proceso previamente desconocido de qué hace posible estas secreciones.
En el centro del nuevo estudio está el calcio, que está presente en todas las células y es un portero: un aumento del calcio en las células abre "puertas" o "canales" que se requieren para la producción y secreción de fluidos como la saliva.
Si el calcio no se incrementa dentro de las células, las puertas no se abrirán, un problema que se produce en enfermedades como el síndrome de Sjögren, cuyos pacientes sufren sequedad en la boca debido a la falta de saliva y tienen dificultades para masticar, tragar y hablar, afectando gravemente a su calidad de vida.
Durante los últimos 15 años, David I. Yule, profesor en el Departamento de Farmacología y Fisiología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Rochester, en Nueva York, Estados Unidos, ha estudiado el papel del calcio en Sjögren y otras patologías en las que se interrumpe el calcio y las secreciones, como la pancreatitis aguda. En el nuevo trabajo, responde una pregunta importante que ha dejado perplejos a los científicos durante años: ¿qué se necesita para que un particularmente importante canal de calcio se abra e inicie estos procesos?
Los científicos saben que se necesita la presencia de una proteína llamada receptor de IP3 para aumentar el calcio y generar en muchos canales, si no en todas las células, pero el receptor IP3 es complejo. Un canal se crea a partir de cuatro unidades idénticas en el receptor de IP3 y no se sabe cuántas de las unidades individuales tienen que conectarse para que el canal funcione.
Mediante el uso de avanzadas técnicas de ingeniería molecular y edición de genes impulsadas por Kamil Alzayady, profesor asistente de Investigación en el Laboratorio de Yule, descubrieron que, sin excepción, las cuatro partes deben estar activadas (encendido) para que se incremente el calcio en una célula y se inicien procesos como la secreción de fluidos.
Yule cree que esta característica asegura que el canal de calcio sólo se abre bajo estrictas condiciones que llevan a secreciones, evitando eventos perjudiciales que se producirían si el canal se pudiera abrir más fácilmente. Paradójicamente, un exceso de calcio también es malo y puede conducir a procesos que destruyen las células, por lo que no es de extrañar que las células mantengan un estricto control sobre los niveles de calcio.
"Los resultados tienen amplias implicaciones no sólo para la forma en la que se controla el calcio en las células, sino también para entender diversos trastornos de secreción humana que van desde la boca seca a la pancreatitis", dice Robert T. Dirksen, profesor y presidente del Departamento de Farmacología y Fisiología de la Escuela de Medicina y Odontología de la Universidad de Rochester.
"Nuestra esperanza es que un mejor conocimiento de los mecanismos que controlan el flujo de calcio dentro y fuera de las células hará avanzar la investigación de nuevos tratamientos para muchas enfermedades, entre ellas el síndrome de Sjögren", dice Yule, que también es profesor en el Centro de Biología Oral y el Departamento de Medicina, Gastroenterología/Hepatología. Actualmente, no existen tratamientos eficaces para Sjögren y los trastornos que desencadena, como boca seca, infecciones bucales, caries y pérdida de los dientes.