MADRID, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
El 50 por ciento de los padres han admitido que estaban "muy preocupados" por los efectos negativos de los tatuajes en la salud, como la infección, la cicatrización o la transmisión de enfermedades, como hepatitis o VIH, a través de agujas insalubres, según un estudio de la Universidad de Michigan, en EE.UU.
"Muchos padres están de acuerdo en que los tatuajes son una forma de autoexpresión, pero temen que los adolescentes no consideren los posibles riesgos para la salud, cómo un tatuaje pueda afectarlos profesionalmente o la posibilidad de que a medida que envejecen y maduran puedan arrepentirse de un tatuaje permanente", ha declarado el codirector de la encuesta y pediatra, Gary Freed.
El informe nacionalmente representativo, que se basa en las respuestas de 1.018 padres con al menos un niño de 13 a 18 años, sugiere que un número considerable de padres ya se han ocupado del tema de los tatuajes.
Además, un 27 por ciento de los padres de adolescentes de entre 16 y 18 años, y 11 por ciento de los padres de adolescentes de entre 13 y 15 años, señalaron que su hijo les había pedido permiso para hacerse un tatuaje. El cinco por ciento de los padres indicaron que su hijo ya se había tatuado, y el 32 por ciento de los padres tenían un tatuaje.
El 63 por ciento consideraban los tatuajes como una forma de autoexpresión similar a teñirse el pelo de colores o la elección de la ropa. Sin embargo, los padres encuestados apoyaron firmemente las leyes estatales que requieren el consentimiento de los padres para los tatuajes de niños menores de 18 años.
"Si bien las complicaciones médicas no son comunes, es importante que los jóvenes comprendan y consideren todos los riesgos potenciales asociados con las modificaciones corporales como los tatuajes", ha especificado el autor.
UN 78% RESPONDE UN "NO ABSOLUTO"
El 78 por ciento de los padres en una encuesta nacional tuvieron una "respuesta clara" cuando se les preguntó cómo reaccionarían si su hijo quisiera un tatuaje; "absolutamente no", fue su respuesta.
Sin embargo, un 10 por ciento de los padres pensaron que un tatuaje sería bueno como recompensa, para marcar una ocasión especial o si el tatuaje estaba oculto.
También, el 50 por ciento se mostraron "muy preocupados" de que en una entrevista de trabajo pudieran juzgar o estereotipar desfavorablemente a sus hijos adolescentes por tener un tatuaje, mientras que el 24 por ciento estaban muy preocupados de que un tatuaje se reflejara negativamente en ellos. La preocupación más común (entre el 68% de los padres), el arrepentimiento futuro.
"A medida que los tatuajes se vuelven cada vez más populares en todos los grupos de edad, más padres están navegando sobre los tatuajes con sus hijos", ha admitido Freed.