MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han evidenciado que la sabiduría y la soledad parecen influir, o ser influidas, por la diversidad microbiana del intestino.
La ciencia de la sabiduría, en constante evolución, se basa en la idea de que los rasgos definidos de la sabiduría se corresponden con distintas regiones del cerebro, y que una mayor sabiduría se traduce en una mayor felicidad y satisfacción vital, mientras que ser menos sabio tiene consecuencias negativas opuestas.
Los científicos han descubierto en múltiples estudios que las personas consideradas más sabias son menos propensas a sentirse solas, mientras que las más solitarias también tienden a ser menos sabias.
La microbiota intestinal humana está compuesta por billones de microbios (bacterias, virus y hongos) que residen en el tracto digestivo. Los investigadores conocen desde hace tiempo el "eje intestino-cerebro", que es una compleja red que vincula la función intestinal con los centros emocionales y cognitivos del cerebro.
Este sistema de comunicación bidireccional está regulado por la actividad neuronal, las hormonas y el sistema inmunitario; según los autores, las alteraciones pueden provocar trastornos en la respuesta al estrés y en los comportamientos, desde la excitación emocional hasta las capacidades cognitivas de orden superior, como la toma de decisiones.
Estudios anteriores han asociado la microbiota intestinal con trastornos de salud mental como la depresión, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, así como con rasgos psicológicos y de personalidad considerados componentes clave de la sabiduría con base biológica. Investigaciones recientes han relacionado el microbioma intestinal con el comportamiento social, y han descubierto que las personas con redes sociales más amplias tienden a tener microbiotas intestinales más diversas.
En este nuevo trabajo, publicado en la revista 'Frontiers in Psychiatry', participaron 187 personas de entre 28 y 97 años, que completaron mediciones de soledad, sabiduría, compasión, apoyo social y compromiso social. La microbiota intestinal se analizó mediante muestras fecales. La diversidad microbiana intestinal se midió de dos maneras: la diversidad alfa, que se refiere a la riqueza ecológica de las especies microbianas dentro de cada individuo, y la diversidad beta, que se refiere a las diferencias en la composición de la comunidad microbiana entre individuos.
"Descubrimos que los niveles más bajos de soledad y los niveles más altos de sabiduría, compasión, apoyo social y compromiso estaban asociados con una mayor riqueza filogenética y diversidad del microbioma intestinal", explica la primera autora de la investigación, Tanya T. Nguyen.
Los autores señalaron que se desconocen los mecanismos que pueden vincular la soledad, la compasión y la sabiduría con la diversidad del microbioma intestinal, pero observaron que una diversidad microbiana reducida suele representar una peor salud física y mental, y está asociada a una serie de enfermedades, como la obesidad, la enfermedad inflamatoria intestinal y el trastorno depresivo mayor. Una microbiota intestinal más diversa puede ser menos susceptible de ser invadida por patógenos externos, lo que podría contribuir y ayudar a promover una mejor resiliencia y estabilidad de la comunidad.
"Es posible que la soledad provoque una disminución de la estabilidad del microbioma intestinal y, en consecuencia, una menor resistencia y resiliencia a las perturbaciones relacionadas con el estrés, lo que conduce a efectos fisiológicos posteriores, como la inflamación sistémica", esgrimen los autores.
La relación entre la soledad y la diversidad microbiana fue particularmente fuerte en los adultos mayores, lo que sugiere que los adultos mayores pueden ser especialmente vulnerables a las consecuencias de la soledad relacionadas con la salud, lo que coincide con investigaciones anteriores.
Por el contrario, los investigadores afirmaron que el apoyo social, la compasión y la sabiduría podrían conferir protección contra la inestabilidad del microbioma intestinal relacionada con la soledad. Una microflora intestinal sana y diversa podría amortiguar los efectos negativos del estrés crónico o ayudar a configurar comportamientos sociales que promuevan la sabiduría o la soledad. Señalaron que los estudios en animales sugieren que la microbiota intestinal puede influir en los comportamientos e interacciones sociales, aunque la hipótesis no se ha probado en humanos.