MADRID, 28 Dic. (EDIZIONES) -
Respiramos 23.000 veces al día y, sin quererlo, cada vez que lo hacemos olemos. Pero hay que tener en cuenta que no todas las personas olemos de la misma manera, ni tampoco olemos igual. Cada uno de nosotros, igual que tenemos una huella dactilar, contamos con lo que se llama una 'huella olfativa'.
Pero vamos por partes. Según nos explica a Infosalus la investigadora científica del CSIC Laura López-Mascaraque, que dirige un grupo de investigación en el Instituto Cajal de Madrid, y es fundadora y presidenta de la Red Olfativa Española, y académica de mérito de la Academia del Perfume, cada uno tenemos un olor característico.
Dice que se está empezando a llamar la 'huella olfativa', igual que tenemos una huella digital. "La olfativa es distinta en cada uno de nosotros, excepto en los gemelos idénticos, ya que estos tienen los mismos genes que componen esa huella olfativa que tenemos", aclara esta experta que, precisamente, ha sido la asesora científica de 'Oler', un título de Berta Páramo perteneciente a la colección de libros ilustrados 'Mentes Curiosas, Curiosas Mentes' del CSIC y Zahorí Books.
LA BASE DEL OLOR ESTÁ AHÍ, A PESAR DE LOS PERFUMES
"Todas las personas tenemos un olor, aunque nos esforcemos en disimularlo con desodorantes y perfumes", aclara, y es por eso por lo que remarca que un perro por un olor a una camiseta puede detectar dónde está esa persona, porque cada uno de nosotros tenemos un olor característico. "Aunque este olor haya variado por las circunstancias, hábitos higiénicos, dieta, o momento vital, la base de esta huella no cambia, es nuestra firma química", resalta.
Incluso recuerda que cuando caemos enfermos hay perros que saben detectarlo ya que emitimos moléculas distintas y, por ejemplo, los canes son capaces de detectar el que una persona tenga diabetes o incluso cáncer de pulmón.
Es más, destaca que hay laboratorios que ahora se están dedicando a investigar esta huella olfativa para que, en un futuro, quizás, pueda ser un tipo de biomarcador. "No se puede camuflar. Un ladrón podría borrar sus huellas dactilares de un crimen, pero no su olor", alerta.
CACA DE BACTERIA
Por su parte, Ana Molina, dermatóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, indica que nuestra piel está llena de bacterias (microbiota) que se alimentan de las moléculas presentes en el sudor corporal, y después las degrada y las transforma en sustancias que, sí tienen un olor, es lo que configura nuestro olor personal, y "sobre todo olemos a caca de bacteria".
Ahora bien, precisa que hay muchos factores que modifican el olor corporal de cada uno, como lo que hemos comido (espárragos, curry, o cebolla, por ejemplo, dice que son alimentos que modifican el olor corporal), pero también el estrés; la toma de algunos medicamentos.
"Si sudamos más, esas bacterias se alimentan más y terminan oliendo diferente"; o por ejemplo si tenemos una infección de la piel también cambia nuestro olor corporal, mantiene esta especialista en Dermatología.
Pero sobre todo, la doctora Molina incide en que el factor que más influye en nuestro olor corporal son las bacterias que habitan en la superficie de nuestra piel: "Por eso una buena higiene de esas bacterias hará que tengamos un olor más normal".
¿QUÉ PASA SI OLEMOS MAL? PATOLOGÍAS RELACIONADAS
Por otro lado, recuerda esta experta que si olemos mal podemos padecer una patología que se llama bromhidrosis, "un cambio en olor corporal importante que puede ser debido a varios motivos, el principal la falta de higiene, o el que no se limpie bien el sudor, de manera que proliferan más las bacterias".
Con ello, subraya que lo principal para mitigar el mal olor corporal se basa en controlar la sudoración, para que las bacterias que habitan en nuestra superficie corporal tengan menos alimentos y así fabriquen menos olores, y esto se puede lograr a base de desodorantes o de antitranspirantes, por ejemplo.
"Un desodorante es una crema o cosmético con olor agradable, como poner perfume en las axilas, pero esto no hace que sudemos menos, aunque sí ayuda a mitigar el olor corporal", apunta, a la vez que sostiene que otra estrategia para mitigar el mal olor corporal puede ser la toxina butolínica.