MADRID, 22 Dic. (EDIZIONES) -
El otoño y sobre todo el invierno, que ya llama a la puerta, son sinónimo de catarros, mocos, estornudos y toses que no podemos evitar por la bajada de temperaturas, la mayor humedad en el ambiente, y los cambios térmicos repentinos propios de esta época.
"Todo ello conforma un cóctel que favorece los resfriados. Además, la concentración por el mal tiempo en lugares cerrados durante más tiempo, y el comienzo del curso escolar, suelen ser también un factor clave, ya que los niños al estar en contacto continuo con otros menores tienen más posibilidades de contagiarse, llevando los gérmenes a casa. Por ello, es fundamental también educarles en las medidas de higiene", subraya en una entrevista con Infosalus la doctora María Varela Patiño, miembro del grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Una de las medidas de higiene fundamentales es toser y estornudar correctamente, objeto de este artículo porque, según señala, ambas son importantes para el correcto funcionamiento del cuerpo.
"El estornudo es un acto reflejo de expulsión súbita e involuntaria de aire desde los pulmones hacia las fosas nasales y la boca que puede estar provocado por diversos agentes o sustancias, habitualmente por partículas extrañas que provocan irritación de la mucosa nasal", precisa.
En otros casos, dice que puede estar provocado por una alergia, por la ingesta de algunos alimentos, infecciones virales, o por la reacción a la luz, señala. Es más, precisa que el estornudo es un reflejo importante de protección de las vías respiratorias, ya que impide el paso de las partículas extrañas de la nariz a los pulmones.
Asimismo, sostiene que el moco nasal ayuda en la defensa de distintas agresiones del ambiente. "Es por ello que en el moco y en las secreciones que se producen durante el estornudo pueden ir partículas virales durante los periodos de infección que pueden alcanzar una distancia de hasta metro y medio y depositarse en las superficies", alerta la especialista de la SEMG.
En cuanto a la tos, y al igual que el estornudo, la doctora Varela señala que ésta tiene también como función proteger a la vía aérea y a los pulmones, ya que permite el aclaramiento de secreciones como moco, sustancias nocivas, partículas extrañas, o microorganismos infecciosos, por ejemplo, evitando su retención y aspiración, y previniendo a la vía aérea de una posible infección.
"Las causas más frecuentes de tos aguda, es decir aquella con duración de hasta 3 semanas, suelen ser procesos infecciosos del tracto respiratorio y exacerbaciones de patologías pulmonares crónicas como asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. En casos de tos con duración superior a tres semanas, su médico determinará las posibles causas como microorganismos específicos, hiperreactividad de la vía aérea postinfecciosa, o reflujo gastroesofágico, por ejemplo", menciona la doctora.
PAUTAS PARA TOSER Y ESTORNUDAR CORRECTAMENTE
Entonces, ¿cómo debemos toser y estornudar correctamente? La doctora Varela señala a Infosalus que cuando estos ocurran hay que cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable, y echarlo en la basura, o bien utilizar la parte superior de la manga para cubrirse la boca y la nariz por completo.
"Con ello impediremos esparcir los microbios y contagiar al resto de las personas. Cuando estamos enfermos debemos evitar tener contacto con otras personas, como dar abrazos, besos o la mano, y alejarse de los demás antes de toser o estornudar", aprecia la especialista en medicina general y de familia.
Debemos olvidarnos de colocar la mano en la boca, como se nos ha dicho toda la vida, o bien no taparnos porque, según llama la atención, las personas infectadas pueden transmitir los virus que causan resfriados a otras personas a través del aire y el contacto personal cercano.
"Esto puede pasar si estornudamos y nos tapamos la boca con la mano. Estamos ayudando a propagar los virus, por ejemplo, cuando después damos la mano a alguien o tocamos una superficie como el pomo de una puerta o luego nos tocamos los ojos o la nariz, favoreciendo la diseminación de los virus y propiciando que nos enfermemos nosotros y los demás", recalca la experta de la SEMG.
Finalmente, la doctora Varela ve importante lavarse las manos durante 20 segundos tras toser o estornudar en la medida de lo posible, así como enseñar a los niños pequeños a que hagan lo mismo. "Los virus causantes del resfriado pueden vivir en las manos y por eso, lavarse puede ayudar a no propagar la enfermedad", sentencia.