MADRID 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
Una aparente sordera, falta de contacto ocular, falta de respuesta social, apego a rutinas, falta de interés en las relaciones sociales o dificultad de comunicación, son las principales señales de alarma de presencia del trastorno del espectro autista (TEA) en los bebés.
Así lo han señalado expertos reunidos en la V Jornada sobre Discapacidad titulada 'Trastornos del Espectro Autista' y que se ha celebrado en el Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias de Palencia. Se trata de un problema que afecta a unos 50.000 menores en España, especialmente niñas, y cuyos primeros síntomas suelen aparecer entre los 24 y 30 meses de vida.
Actualmente, el diagnóstico de trastornos del espectro autista incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo y el síndrome de Asperger.
Por ello, los pacientes suelen necesitar un apoyo constante y una supervisión individualizada, la cual debe realizarse por un equipo multidisciplinar de profesionales compuesto por logopedas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos y/o educadores especiales.
En este sentido, los expertos han recordado que las personas con TEA tienen sentimientos y que sus cualidades laborales pueden ser "igual de positivas" que las de una persona que no lo padezca, aunque siempre necesitarán la supervisión y el apoyo de un profesional.