MADRID 4 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del University College London, en Reino Unido, que describe cómo los cambios en el sueño que se producen durante los cinco años de la última etapa de la edad adulta afectan a las funciones cognitivas, ha demostrado que las mujeres y los hombres que comienzan esta etapa durmiendo menos de seis horas o más de ocho pueden sufrir un declive cognitivo acelerado equivalente a entre cuatro y siete años de envejecimiento. El avance se ha publicado el 1 de mayo en la revista 'Sleep'.
Este estudio demuestra que la duración del sueño del 7,4 de las mujeres y del 8,6 por ciento de los hombres a quienes se les realizó un seguimiento se incrementó "entre siete y ocho horas" por noche entre semana respecto a la linea basal.
En comparación con los participantes a los que no les cambió la duración del sueño, esta prolongación de la duración del sueño se asoció con menores puntuaciones en cinco de seis tests sobre funciones cognitivas, con la única excepción del test de memoria verbal a corto plazo.
La duración del sueño de cerca del 25 por ciento de las mujeres y del 18 por ciento de los hombres a quienes se les realizó este seguimiento había bajado entre, "seis, siete u ocho horas" por noche en relación con la linea basal. Este cambio a un sueño más corto se asoció con menores puntuaciones en tres de los seis test cognitivos, viéndose afectados de forma negativa la capacidad de razonamiento, el vocabulario y el estatus cognitivo global. Sorprendentemente, un aumento en la duración del sueño de seis horas o menos no mostró efectos beneficiosos.
Según el líder de este estudio, Jane Ferrie, del Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la Facultad de Medicina del University College London, "el principal resultado que se desprende de este trabajo es que los cambios negativos en la duración del sueño parecen estar asociados con una función cognitiva empobrecida en la última etapa de la edad adulta de los individuos".
Los investigadores también han descubierto que, en las mujeres, dormir siete horas cada noche estaba asociado con las mayores puntuaciones en todos los test cognitivos, seguido de cerca por aquellas mujeres que dormían seis horas cada noche.
Entre los hombres, la función cognitiva era similar para aquellos que dormían seis, siete u ocho horas. Sólo duraciones del sueño menores de seis horas o mayores de ocho parecían estar asociadas con las peores puntuaciones de los test.
Participaron en este estudio 5.431 personas --1.459 mujeres y 3.972 hombres-- procedentes de la fase 5 (1997-1999) y de la fase 7 (2003-2004) del Estudio Whitehall II, que incluyó a más de 10.000 funcionarios de Londres, con edades entre los 35 y los 55 años de edad, que trabajaban en la administración en 1985.