MADRID 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores internacionales, dirigidos por un equipo de la Universidad de Adelaida (Australia) han logrado, a través del análisis de ADN de bacterias calcificadas en los dientes de antiguos esqueletos humanos, analizar la evolución de la dieta humana a lo largo de la historia, desde la Prehistoria a la época Moderna.
El registro genético, según han explicado los autores en la revista 'Nature Genetics' revela los cambios experimentados por las bacterias bucales a raíz de los cambios dietéticos de los humanos cuando se convirtieron en agricultores y, más tarde, con la introducción de la fabricación de alimentos en la Revolución Industrial.
"Este es el primer registro de cómo nuestra evolución durante los últimos 7.500 años ha impactado en las bacterias que llevamos con nosotros, y las consecuencias para la salud que esto ha conllevado", ha explicado el profesor Alan Cooper, líder de la investigación perteneciente al Centro de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida.
Gracias a la ayuda de expertos de la Universidad de Aberdeen (Escocia) y el Instituto Wellcome Trust Sanger de Cambridge (Reino Unido), Cooper y se equipo han observado que las bacterias bucales de los hombres modernos "son mucho menos diversas que las de poblaciones históricas, lo que contribuye a la enfermedad crónica oral".
Los investigadores extrajeron el ADN del sarro de 34 esqueletos humanos prehistóricos del norte de Europa para analizar posibles cambios en la naturaleza de las bacterias orales desde los últimos cazadores o recolectores a los primeros agricultores de la Edad de Bronce y la Edad Media.
"La placa dental es la única fuente fácilmente accesible de las bacterias humanas", ha explicado la doctora Christina Adler, quien también dirigió la investigación y ahora trabaja en la Universidad de Sydney.
De este modo, ha explicado el profesor Cooper, se ha observado como la composición de las bacterias orales ha cambiado notablemente con la introducción de la agricultura, y de nuevo hace unos 150 años, con la introducción del azúcar y la harina procesada en la Revolución Industrial, "lo que ha afectado drásticamente a la diversidad de nuestras bacterias orales permitiendo un dominio de las cepas que provocan caries. "La boca moderna vive en un estado de enfermedad permanente", ha dicho.