El rol activo del óvulo en la fecundación: No, no espera pasivo la llegada del espermatozoide

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Publicado: miércoles, 9 agosto 2023 12:26


MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -

El doctor Filippo Zambelli, investigador de Eugin, ha puesto en valor el papel activo del óvulo en la fecundación, ya que, históricamente, este proceso ha sido descrito generando el "falso mito" de "la carrera de los valientes espermatozoides" hacia el óvulo, que espera en este proceso "pasivamente".

"Sin embargo, la parte activa en la fecundación no recae únicamente en los espermatozoides, pues tanto el óvulo como el espermatozoide tienen roles fundamentales e interconectados. No hay roles pasivos o activos, sino que, en cada proceso, los dos tienen que actuar de forma perfectamente coordinada para llegar al resultado", subraya el doctor.

Zambelli describe el proceso en varias etapas. Tras la eyaculación, el esperma tiene que atravesar el aparato reproductivo femenino --vagina, cérvix y útero-- para llegar a las trompas. Este recorrido tiene muchos obstáculos: el pH vaginal, el moco cervical, el pequeño tamaño de la conexión útero-trompa o la respuesta del sistema inmune.

El pH del entorno vaginal es más bajo de lo que sería lo ideal para el esperma y, por lo tanto, "se considera un ambiente selectivo para los más fuertes", según el experto.

Sin embargo, esta acidez es necesaria y fundamental para que el esperma cambie a nivel bioquímico y haya una capacitación que implica una serie de cambios tanto en las membranas como en los enzimas de los espermatozoides, que les permitirán adquirir mayor movilidad, un metabolismo más rápido, y también la capacidad de penetrar la capa proteica exterior del ovocito, la llamada zona pelúcida, muy difícil de traspasar.

Por su parte, el ovocito se libera del folículo con la ovulación --tras producirse el pico de la hormona LH a los 14 días del ciclo menstrual-- y empieza su camino saltando desde el ovario a la trompa. "No espera pasivamente la llegada del espermatozoide, sino que va moviéndose a lo largo de la trompa hacia el útero secretando los llamados chemoattractants, moléculas químicas que atraen a los espermatozoides y los guían activamente hacia él", ha detallado Zambelli.

Una vez que espermatozoide y óvulo se encuentran, tendrá lugar la fecundación, donde el espermatozoide fusiona su membrana con la del ovocito. La fusión de las membranas de espermatozoides y óvulos causa la entrada en el mismo de factores llamados SOAF (Spermborne Oocyte Activating Factors por sus siglas en inglés), que, mediante la modulación de la concentración de iones de calcio, comunican al óvulo que ha sido fecundado.

Esta señal desencadena una larga serie de eventos que culminan en el comienzo del desarrollo de un nuevo embrión: el óvulo acaba la división meiótica (la última etapa de su maduración) y la zona pelúcida se endurece para evitar que entre otro espermatozoide, garantizando así la presencia de un número correcto de cromosomas.

La fecundación tiene lugar en las trompas, donde el zigoto empieza su desarrollo, aumentando el número de sus células --los blastómeros-- tras divisiones celulares progresivas, mientras que a la vez se mueve en la trompa hacia el útero, donde llega aproximadamente 5 días después de la fecundación.

"Sin embargo, el espermatozoide que consigue fecundar el ovocito no es simplemente el más rápido", ha explicado. "Está claro que debe tener una buena motilidad (la capacidad de nadar), pero la sola motilidad no es suficiente para asegurar un correcto desarrollo embrionario. La integridad del genoma, la morfología y otras características contribuyen a su capacidad de fecundar correctamente un óvulo", ha comentado.

Además, ha hecho hincapié en que los estrógenos secretados por el aparato reproductivo femenino ayudan a los espermatozoides en el camino hacia las trompas, "evidenciando una vez más cómo la fecundación es un proceso en el cual la sinergia entre los dos actores principales, óvulo y espermatozoide, juega un papel fundamental".