MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
El riesgo de suicidio después de ingresar en un hospital por una lesión autoinfligida es muy alto inmediatamente después del alta hospitalaria, según los resultados de un estudio observacional que abarca 16 años e incluye a casi 50.000 personas de cinco centros sanitarios ingleses, y que se ha publicado en la revista 'The Lancet Psychiatry'.
Para reducir el alto riesgo de suicidio después de la asistencia hospitalaria por autolesiones, los autores apuestan por un mejor manejo clínico para todos los pacientes, incluyendo la evaluación integral del estado mental, las necesidades y los riesgos de los pacientes, así como la implementación de estrategias de reducción de riesgos, incluyendo la planificación de la seguridad.
"El pico de riesgo de suicidio inmediatamente después del alta hospitalaria subraya la necesidad de proporcionar una atención de seguimiento temprana y eficaz. El ingreso en el hospital por autolesión ofrece una oportunidad para la intervención; sin embargo, las personas que se encuentran en el hospital a menudo son dadas de alta sin haber recibido una evaluación formal de sus problemas y necesidades, y sin arreglos específicos para la atención posterior", explica el autor del estudio, Galit Geulayov, del Centro de Investigación del Suicidio del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
La autolesión se asocia con un aumento de la mortalidad, especialmente por suicidio. Aproximadamente el 50 por ciento de las personas que mueren por suicidio tienen antecedentes de autolesión, y el ingreso hospitalario de la autolesión suele ocurrir poco antes del suicidio.
En este estudio participaron 49.783 personas mayores de 15 años que se presentaron en el hospital tras una autolesión no fatal, un total de 90.614 veces entre 2000 y 2013. Los autores siguieron a estos pacientes durante 16 años (hasta finales de 2015), y el estudio incluyó cinco hospitales (uno en Oxford, tres en Manchester y uno en Derby). Durante los 16 años de seguimiento, 703 de 49.783 personas murieron por suicidio, con una incidencia de 163 suicidios por cada 100.000 personas al año.
Alrededor de un tercio de estas muertes se produjeron en el plazo de un año desde que el paciente acudió al hospital por autolesiones no mortales (36%, 252/703 muertes). El estudio confirmó el alto riesgo de suicidio en el primer año después de acudir al hospital por autolesiones: la incidencia de suicidios en el año siguiente al alta hospitalaria fue de 511 suicidios por cada 100.000 personas al año, 55,5 veces superior a la de la población en general.
El riesgo es particularmente elevado en el primer mes: la incidencia de suicidio en el mes siguiente al alta hospitalaria fue de 1.787 por cada 100.000 personas al año, cerca de 200 veces mayor que en la población general.
En el trabajo, los hombres eran más propensos a morir por suicidio después del ingreso hospitalario por autolesión que las mujeres. Las personas que acudieron al hospital más de una vez por autolesiones no fatales eran más propensas a morir por suicidio que las que tenían un solo ingreso, y la edad se asoció con el riesgo con un aumento del 3 por ciento con cada año de edad.