MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El riesgo de ceguera en pacientes diabéticos es 25 veces superior al resto de la población, según explican desde el Instituto Clínico Quirúrgico de Cataluña (ICQO) con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra este miércoles 14 de noviembre.
Alrededor de 442 millones de personas en el mundo padecen diabetes, es decir, una de cada once personas sufre esta enfermedad. "La diabetes puede provocar complicaciones en diversas partes del organismo e incrementar el riesgo de muerte prematura. De hecho, la mayoría de las personas que tiene diabetes desarrolla algún problema de visión asociado a esta enfermedad, lo que se conoce como diabetes ocular. La diabetes ocular es una de las principales causas de discapacidad visual y de ceguera en la población adulta", señala el ICQO.
"Basta un dato para poner de manifiesto este problema de primera magnitud: la diabetes ocular es la principal causa de pérdida de visión y ceguera en los adultos de entre 20 y 75 años de países occidentales", señala el especialista del ICQO Javier Araiz.
Por otra parte, ICQO apunta que uno de los problemas más comunes de la diabetes ocular es la retinopatía diabética, cuyo riesgo para desarrollarse es mayor a medida que evoluciona la enfermedad. Se trata de un daño progresivo que afecta a los vasos sanguíneos de la retina (la parte del ojo sensible a la luz) y que puede desembocar en ceguera.
"La mayoría de los pacientes con retinopatía diabética permanecen sin síntomas y no presentan pérdida de agudeza visual hasta grados avanzados de la enfermedad. Solo entonces, pasado un tiempo, es cuando los pacientes pueden sufrir una pérdida de agudeza visual, que puede ser brusca o progresiva, o acusar trastornos en la percepción de colores, metamorfopsias y alteraciones en la visión nocturna", detallan.
"Es muy importante ser conscientes de que se trata de una enfermedad que puede permanecer asintomática incluso hasta estadios avanzados de la enfermedad y por este motivo, tener una buena visión no es siempre sinónimo de ausencia de afectación. En estados avanzados de la afectación ocular por diabetes, la disminución de visión puede ser ya irreversible, por lo que nunca debe esperarse a esta fase para consultar al oftalmólogo", comenta el doctor Araiz.
Por ello, para un mayor control de la enfermedad, el experto del ICQO recomienda "derivar al paciente diabético al especialista para controles
periódicos y un tratamiento temprano que sea clave en su desarrollo. "Solo así, podremos contrarrestar las cifras que aún hoy tenemos sobre esta enfermedad", añade.
El desarrollo de nuevos tratamientos más eficaces para la diabetes unido a los cambios en el estilo de vida conducen a un mejor control metabólico de la diabetes, pero esto también conlleva a un aumento de prevalencia de aquellas complicaciones que requieren tiempo para desarrollarse, como es el caso de la retinopatía diabética.
FACTORES DE RIESGO Y REVISIONES
El tiempo de evolución de la diabetes junto con la edad en el momento de diagnóstico de la enfermedad son los factores que más inciden en la prevalencia de la retinopatía, según ICQO. "Pacientes con una duración de la enfermedad inferior a 5 años no suelen presentar ningún signo, mientras que con más de 10 años de enfermedad, la prevalencia de la retinopatía diabética es del 27 por ciento, y con más de 30 años, del 90-95 por ciento", argumenta.
Por todo esto "es fundamental extremar las revisiones una vez el paciente ha sido diagnosticado de diabetes", asegura el doctor. "Nuestra
recomendación es que los diabéticos tipo I sean examinados a los 5 años del diagnóstico y posteriormente cada año. Para los diabéticos tipo II es en el momento de diagnóstico y anualmente a partir de entonces", concluye Araiz.