MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
Nuevos resultados de una investigación, publicados en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', desafían los hallazgos previos de enormes diferencias en la esperanza de vida entre los ricos y los que se encuentran en la parte inferior de la escala de ingresos.
En la vida real, las personas no necesariamente permanecen pobres o ricas, como se supone en investigaciones anteriores, y tres economistas de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, han encontrado una manera de tener en cuenta esta movilidad entre clases de ingresos, lo que proporciona una forma más realista de calcular la esperanza de vida para personas de diferentes ámbitos de la sociedad. Sus resultados muestran que en realidad la diferencia entre la vida de una persona rica y una pobre no es realmente tan grande.
En 2016, un impresionante trabajo publicado en 'Journal of American Medical Association' por un equipo de investigación de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, demostró que las personas de altos ingresos en Estados Unidos pueden esperar vivir 6,5 años más a los 40 años que las personas de bajos ingresos, por lo que esta investigación dio lugar a un importante debate sobre la desigualdad en salud en Estados Unidos.
El método existente asume que los pobres siguen siendo pobres y los ricos siguen siendo ricos durante el resto de sus vidas. Sin embargo, en realidad, durante un periodo de diez años, la mitad de las personas más pobres en realidad se mudan a grupos con mejores ingresos y, de igual modo, la mitad de los ricos pasan a clases de ingresos más bajos. La mortalidad de aquellos que se cambian a una clase de ingresos diferente es significativamente distinta de aquellos que permanecen en la misma clase.
Esta movilidad entre las clases de ingresos ha sido hasta ahora un desafío para la capacidad de calcular la esperanza de vida entre diferentes grupos de la población, pero los economistas daneses Claus Thustrup Kreiner, Torben Heien Nielsen y Benjamin Ly Serena, del Centro para el Comportamiento y la Desigualdad Económica (CEBI, por sus siglas en inglés) en La Universidad de Copenhague (UCPH, por sus siglas en inglés) ha ideado un método para explicar esta movilidad de ingresos en la relación entre ingresos y esperanza de vida mediante la incorporación de un modelo clásico de movilidad social de la literatura.
Los autores demostraron su enfoque calculando la esperanza de vida a los 40 años en Dinamarca basándose en los registros oficiales de ingresos y la mortalidad de la población total de mujeres y hombres daneses que abarcaban el periodo 1983-2013, lo que redujo aproximadamente a la mitad la diferencia en la esperanza de vida entre las personas de bajo y alto nivel.
Cuando se considera la movilidad de ingresos, la esperanza de vida para un hombre de 40 años en los grupos de ingresos más altos es de 77,6 años en comparación con 75,2 para un hombre en grupos más pobres, una diferencia de 2,4 años. En el caso de las mujeres, la diferencia entre grupos de ingresos altos y bajos es de 2,2 años. Sin embargo, sin tener en cuenta la movilidad de los ingresos, la diferencia de esperanza de vida era el doble (alrededor de cinco años) tanto para hombres como para mujeres. Usando el método, los autores sugieren que la diferencia en Estados Unidos es de tres años en lugar de 6,5.
"Nuestros resultados revelan que la desigualdad en la esperanza de vida se exagera significativamente cuando no se tiene en cuenta la movilidad. Este resultado es esencial, no solo para comprender una de las medidas más importantes de la desigualdad en una sociedad, es decir, cuánto tiempo pueden esperar vivir los diferentes grupos. Pero también al medir mal este tipo de desigualdad, llegamos a conclusiones engañosas sobre los costos y beneficios de los programas de salud pública, como Medicare y las políticas de seguridad social. Por ejemplo, dado que los ricos viven más tiempo, también se beneficiarán muchos años más de los beneficios de pensión de vejez", dice el profesor Thustrup Kreiner.
LA DIFERENCIA ESTÁ CRECIENDO
A pesar de que la desigualdad en la esperanza de vida ahora demuestra ser solo la mitad de lo que se anticipó anteriormente, la nueva investigación de UCPH financiada por la Fundación Nacional de Investigación Danesa también muestra que la diferencia en la esperanza de vida entre los ricos y los pobres ha aumentado constantemente a lo largo de 30 años representados en los datos.
Esto se produce a pesar de que Dinamarca es un país reconocido internacionalmente por su atención médica y educación gratuitas. La razón de esta diferencia constante pero sorprendentemente creciente en la esperanza de vida está más allá del alcance de este proyecto en particular, pero se ha demostrado cómo las personas que pertenecen a grupos de altos ingresos/educación superior también se benefician más de las nuevas tecnologías de salud y parecen aprovechar más los nuevos tipos de tratamiento y la prevención de enfermedades.