MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de científicos de la Universidad de Zaragoza, y las Universidades Queen Mary de Londres, de Oxford y de Manchester han revelado los fundamentos genéticos de la regulación de la presión arterial, lo que ofrece esperanzas de tratamientos y medidas preventivas más eficaces para la hipertensión.
Los hallazgos, publicados en 'The American Journal of Human Genetics', representan un paso fundamental hacia la comprensión de la compleja genética que hay detrás de la regulación de la presión arterial.
La hipertensión o presión arterial alta, es un problema de salud mundial con un profundo impacto en la salud pública. La afección afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo y es un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Es ampliamente reconocido que la genética contribuye hasta en un 50 por ciento de la variación de la presión arterial, pero aún no se han caracterizado los genes específicos responsables y los procesos biológicos subyacentes.
El equipo de investigación, liderado por especialistas en genética y bioinformática, ha abordado la brecha de conocimiento utilizando datos genéticos disponibles a través de grandes estudios de asociación de todo el genoma (GWAS). Hasta el momento, estos estudios estaban limitados, porque ninguno investigaba qué genes específicos tenían una función causal con la presión arterial.
"Nuestros resultados proporcionan una base crucial para comprender cómo las variantes del ADN influyen en la presión arterial en la población general. Tienen potencial para permitir nuevas oportunidades preventivas y terapéuticas para la hipertensión con implicaciones más amplias para la salud cardiovascular", asegura la investigadora del I3A (Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón), en la Universidad de Zaragoza y líder del estudio, Julia Ramírez.
El equipo de investigación empleó un enfoque innovador que combinaba el mapeo genético fino con datos epigenómicos, genómicos y específicos de tejidos. Esta metodología les permitió aprovechar los datos GWAS publicados anteriormente sobre la presión arterial.
Los investigadores dividieron las asociaciones de presión arterial en 606 regiones genómicas, dividiéndolas en 1.850 señales distintas.
Para identificar posibles genes efectores, emplearon los últimos conjuntos de datos, incluida información sobre expresión tisular, conformación de la cromatina, proteómica y análisis unicelular. Este enfoque integral condujo a la identificación de 532 señales de asociación compartidas entre varios rasgos de presión arterial, como la sistólica, la diastólica y el pulso.
En total, el estudio consolidó evidencia de 436 genes relacionados con la regulación de la presión arterial, allanando el camino para una futura validación funcional. Significativamente, esta investigación también ha descubierto varios objetivos farmacológicos nuevos para la hipertensión y destaca el gen PDE3A como un candidato particularmente prometedor.