Revelan dos caminos hacia el autismo en el cerebro en desarrollo

Archivo - Niño autista.
Archivo - Niño autista. - XESAI/ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 14 agosto 2023 7:51

MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los investigadores de la Universidad de Yale (Estados Unidos) han desarrollado organoides cerebrales a partir de las células madre de niños diagnosticados con el trastorno de espectro autista con el que se ha asociado su aparición con dos anomalías distintas del neurodesarrollo que surgen apenas unas semanas después del inicio del desarrollo cerebral.

Según los investigadores, que publican su trabajo en la revista 'Nature Neuroscience', las anomalías específicas parecen estar dictadas por el tamaño del cerebro del niño, un hallazgo que podría ayudar a médicos e investigadores a diagnosticar y tratar el autismo en el futuro.

"Es sorprendente que niños con los mismos síntomas presenten dos formas distintas de redes neuronales alteradas", afirma la doctora Flora Vaccarino, catedrática Harris del Centro de Estudios Infantiles de la Facultad de Medicina de Yale y coautora del artículo.

Utilizando células madre recogidas de 13 niños diagnosticados de autismo --entre ellos ocho con macrocefalia, un trastorno en el que la cabeza se agranda--, un equipo de Yale creó organoides cerebrales (pequeñas réplicas tridimensionales del cerebro en desarrollo) en una placa de laboratorio que imitan el crecimiento neuronal en el feto.

A continuación, compararon el desarrollo cerebral de estos niños afectados con el de sus padres. Los pacientes fueron reclutados entre colegas clínicos del Centro de Estudios Infantiles de Yale, que lleva a cabo actividades de investigación, servicio y formación para mejorar la comprensión de los problemas de salud a los que se enfrentan los niños y sus familias.

Alrededor del 20% de los casos de autismo corresponden a individuos con macrocefalia, una afección en la que el tamaño de la cabeza de un niño se sitúa en el percentil 90 o superior al nacer. Entre los casos de autismo suelen ser más graves.

Curiosamente, los investigadores descubrieron que los niños con autismo y macrocefalia presentaban un crecimiento excesivo de neuronas excitadoras en comparación con sus padres, mientras que los organoides de otros niños con autismo mostraban un déficit del mismo tipo de neuronas.

Según los autores, la capacidad de rastrear el crecimiento de tipos específicos de neuronas podría ayudar a los médicos a diagnosticar el autismo, cuyos síntomas suelen aparecer entre 18 y 24 meses después del nacimiento.

Los hallazgos también podrían ayudar a identificar los casos de autismo que podrían beneficiarse de los fármacos existentes diseñados para mejorar los síntomas de trastornos marcados por una actividad neuronal excitatoria excesiva, como la epilepsia, afirma Vaccarino. Los pacientes autistas con macrocefalia podrían beneficiarse de estos fármacos, mientras que los que no tienen el cerebro agrandado podrían no hacerlo.

La creación de biobancos de células madre derivadas de pacientes podría ser esencial para adaptar la terapéutica a individuos concretos, o medicina personalizada.