MADRID, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
La resistencia de la 'Neisseria gonorrhoeae' (la bacteria detrás de la gonorrea) al antibiótico azitromicina continúa en niveles altos en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo (UE/EEE), aunque se mantiene estable, de acuerdo con los resultados del año 2016 del Programa Europeo de Vigilancia Antimicrobiana Gonococo (Euro-GASP), del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Esto, según apuntan desde el organismo comunitario, "amenaza la efectividad de la terapia dual actualmente recomendada para la gonorrea". En general, las tasas de resistencia a la cefixima, la ceftriaxona y la azitromicina, los principales antibióticos prescritos, se han mantenido estables en comparación con los últimos años.
Las llamadas cefalosporinas de tercera generación son las últimas opciones que quedan para la terapia única antimicrobiana de primera línea efectiva. Como la susceptibilidad de 'Neisseria gonorrhea' a estos antimicrobianos había disminuido en el pasado, las directrices de tratamiento europeas sugirieron la adición de azitromicina al ciclo básico de las cefalosporinas ceftriaxona o cefixima.
Para monitorear la efectividad continua de este tratamiento, los países de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo participan en el programa de vigilancia Euro-GASP. Cada año presentan aislamientos para evaluar la susceptibilidad de 'Neisseria gonorrhoeae' a los antibióticos comúnmente utilizados para tratar la gonorrea.
En 2016, 25 países de la UE/EEE recogieron y analizaron 2.660 aislados gonocócicos que mostraron tasas estables de resistencia frente a cefixima (2,1%), ciprofloxacina (46,5%) y azitromicina (7,5%), en comparación con 2015. No se detectaron cepas con resistencia a ceftriaxona frente a uno en 2015, cinco en 2014 y siete en 2013. En España, los datos son similares, aunque ligeramente más bajos: cefixima (1,6%), ciprofloxacina (57,5%) y azitromicina (4,1%).
Si bien la ausencia de resistencia a la ceftriaxona entre los aislados analizados en 2016 es "alentadora", el nivel persistente de resistencia a la azitromicina es "motivo de preocupación, ya que amenaza con reducir la eficacia de la terapia dual recomendada con ceftriaxona y azitromicina", indican desde el ECDC.
Entre los pacientes para los que se recopiló información sobre su curso de tratamiento en 2016, 86 por ciento recibieron ceftriaxona y más de la mitad recibió tratamiento combinado con azitromicina. "El uso de dos antimicrobianos para el tratamiento de la gonorrea probablemente haya contribuido a una mayor susceptibilidad a la ceftriaxona", apuntan.
MINIMIZANDO LA AMENAZA DE LA GONORREA INTRATABLE
Con más de 75.000 casos notificados en 2016, la gonorrea es la segunda infección de transmisión sexual (ITS) más notificada en los países de la UE/EEE. Además de estos informes, se conocen muchas más infecciones asintomáticas.
El tratamiento exitoso de la gonorrea con antibióticos no solo reduce el riesgo de complicaciones como la enfermedad pélvica inflamatoria, los embarazos ectópicos, la infertilidad o el aumento de la transmisión del VIH en algunos entornos. Combinado con pruebas regulares para diagnosticar y tratar infecciones en una etapa temprana, también sirve como una de las principales estrategias de salud pública para reducir la transmisión.
A la luz de las limitadas alternativas a la terapia de combinación actual, introducida en 2012, ECDC lanzó un plan de respuesta regional para controlar la gonorrea resistente a múltiples fármacos. El ECDC está actualmente revisando el plan, después de los informes recientes de cepas de gonorrea resistentes a los medicamentos que llegaron a Europa.