SEVILLA 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Cádiz, la Autónoma de Madrid, y el grupo Inmunonutrición del CSIC han demostrado que los niños y adolescentes con pantallas en el dormitorio pasan más momentos sentados o tumbados y dedican menos tiempo a estudiar.
Esta es una de las conclusiones de un trabajo donde han configurado un mapa preciso de las condiciones del entorno de las familias para determinar qué aspectos pueden intervenir en esta actitud.
Los expertos han analizado variables como el número de televisores en casa, los medios de comunicación dentro de la habitación o tener disponibles juegos que propicien la actividad física como factores que predominan en la adquisición de hábitos más o menos saludables. Por otra parte, han confirmado que los jóvenes con un mayor número de dispositivos electrónicos en el hogar dedican más tiempo a actividades de pantalla y menos tiempo al estudio.
Las investigaciones han incluido a casi 1.600 jóvenes entre nueve y 18 años a los que se les ha medido la actividad física a través de un acelerómetro durante una semana. En el artículo 'Environmental correlates of total and domain-specific sedentary behaviour in young people. The UP&DOWN study' publicado en la revista European Journal of Sport Science los expertos muestran la imagen global de los hábitos juveniles según distintos parámetros.
Por ejemplo, disponer de jardín en casa hace que los chicos naveguen menos por Internet. Tener un vecindario que consideran favorable hace que las chicas jueguen menos a videojuegos. Sin embargo, el disponer de pantallas en el dormitorio provoca que ambos géneros dediquen menos tiempo a actividades educativas.
Uno de los resultados del informe es el referido al tiempo que los jóvenes dedican a distintas formas de sedentarismo y su relación con la disponibilidad de pantallas o de material deportivo. "Las conclusiones destacan que el número de materiales, equipamientos e instalaciones deportivas disponibles en el entorno se relaciona con un menor sedentarismo y con un mayor tiempo de estudio. Al mismo tiempo, hemos observado diferencias significativas entre el tiempo dedicado a los dispositivos tecnológicos y a actividades educativas", indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Cádiz, José Castro, autor del artículo.
El trabajo señala que las chicas son más sedentarias que los chicos y dedican más tiempo a actividades educativas como leer o estudiar. Ellos tienen más ordenadores, consolas o televisores dentro de sus dormitorios, pero ellas pasan más tiempo navegando por Internet o hablando con las amigas.
La investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid Verónica Cabanas, también autora del artículo, ha señalado que "de las más de siete horas de tiempo libre que tiene un adolescente cada día de media, dedica tres frente a una pantalla y algo más de dos a los estudios". De manera que "este sedentarismo influya en el riesgo de padecer enfermedades cardiometabólicas a edades tempranas. Con esta investigación hemos profundizado en los factores que pueden contribuir a reducirlo".
UN ESCENARIO COMPLETO
Los expertos han elaborado un mapa preciso de las condiciones en las que habitan los jóvenes. Para ello, tanto los escolares como sus familias, han completado una serie de cuestionarios con información sobre sus hábitos cotidianos y su nivel social, cultural y económico. Así, incluyeron las características básicas de la vivienda, la percepción del vecindario, la cantidad de materiales o equipamientos deportivos disponibles en el hogar y los dispositivos tecnológicos existentes en casa y en el propio dormitorio.
La publicación forma parte del proyecto 'Up & Down' orientado a determinar los patrones de hábitos saludables y las interrelaciones con diversos factores en niños y adolescentes. En él participan la Universidad de Cádiz y la Autónoma de Madrid en la elaboración y análisis de los datos obtenidos, y el grupo Inmunonutrición del CSIC, que analiza los riesgos de enfermedades cardiovasculares en las muestras de sangre que se extraen a los jóvenes para conocer su estado de salud y las interacciones entre genética y estilo de vida.
Las investigaciones se han financiado a través del proyecto 'Condición física relacionada con la salud en escolares y adolescentes con síndrome de Down y su relación con indicadores de salud: Estudio longitudinal de tres años' del Plan Nacional de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.