La adolescencia y la vejez son las épocas en las que las personas se sienten más felices

Actualizado: miércoles, 5 diciembre 2012 12:18

MADRID 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

La adolescencia y la vejez son las épocas en las que las personas se sienten más felices, mientras que cuando se llega a la edad de los 40 años es cuando experimentan un descenso de la felicidad, la llamada "crisis de la mediana edad".

Así lo ha demostrado un equipo de investigadores de la Universidad College de Londres, quienes han reflejado que durante la juventud los grados de la felicidad son muy elevados y van decayendo "sostenidamente" hasta llegar a su punto "más bajo" cuando se llega a los 40 años. No obstante, a partir de ahí, el sentido de la felicidad va mejorando conforme se envejece.

Para llevar a cabo esta investigación, recogida por la BBC, los expertos entrevistaron a más de 500.000 personas de más de 70 países desarrollados y en proceso de desarrollo. Así, han mostrado que estos patrones de felicidad no dependen del lugar en el que se haya nacido, ni del estado civil, la educación, el empleo o los ingresos.

"Una parte de nuestro cerebro que cambia considerablemente en las primeras dos décadas de vida, conforme avanzamos hacia la vejez, es el lóbulo frontal", han comentado los investigadores.

En concreto, los lóbulos frontales maduran a mediados de los 20 años y comienzan a deteriorarse a los 45 años. Esto significa que durante el desarrollo se aumenta lentamente alguna función que, posteriormente, se pierde.

Por otra parte, los expertos han recordado que las personas que son más felices viven más, mientras que los pesimistas mueren prematuramente, "posiblemente" porque se estresan más. De este modo, han demostrado que la gente tiende a descontar la relevancia de información indeseable y está predispuesta a recibir las buenas noticias.

"Nuestra investigación muestra que la exitosa incorporación de malas noticias se relaciona con la depresión. Descartarlas, como solemos hacer, presumiblemente nos permite tener una visión prometedora del futuro que, aunque no sea necesariamente realista, nos mantiene felices", han recalcado.

Finalmente, este grupo de investigadores han recalcado que la tendencia a descartar malas noticias también es más propio de los niños, adolescentes y ancianos que de los adultos.