MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
El doctor Fernando García Urra, oncólogo en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz, recomienda la regla ABCDE, un sencillo método de autoexploración que nos puede alertar sobre la posible existencia de un cáncer de piel, consistente en recordar cinco palabras, cuyas letras iniciales coinciden con las cinco primeras del abecedario, a la hora de observar y analizar los lunares de nuestro cuerpo, que son uno de los principales indicadores del melanoma: asimetría, borde, color, diámetro y evolución.
"Si detectamos que no todo el lunar se observa igual, de forma asimétrica, presenta cambios en los bordes, se torna de un color más ennegrecido, aumenta su diámetro a más de medio centímetro o que simplemente evoluciona en cuanto a su tamaño o forma, debemos acudir enseguida a un especialista", aconseja el doctor Fernando García Urra, oncólogo en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz.
Aunque la aparición de alguno de estos cambios en los lunares no siempre está relacionada con lesiones malignas, sí que conviene estar atentos para detectar aquellos casos donde pueda ser peligroso, dado que la rapidez en el diagnóstico es fundamental de cara a un posible tratamiento.
A simismo, el doctor García Urra recuerda que el verano es una época donde se han de extremar las precauciones en relación con la exposición solar, especialmente entre aquellos pacientes oncológicos que se encuentran en tratamiento o que acaban de finalizarlo.
"Se recomienda que cuando una persona esté en tratamiento de quimioterapia evite la exposición al sol dado que se pueden producir reacciones alérgicas importantes", detalla el especialista del Quirónsalud Clideba, que extiende la recomendación a los pacientes que reciben radioterapia, ya que "el tratamiento tiene un mecanismo muy parecido a la radiación solar, por lo que someterse a esta de forma natural puede potenciar los efectos tóxicos de la radioterapia".
En el caso de pacientes oncológicos que ya finalizaron su tratamiento hace tiempo, el experto asegura que basta con seguir las mismas pautas que las recomendadas para el resto de la población: evitar las mayores horas de exposición solar, usar protección de un factor elevado y acorde a la edad o tipo de piel, estar bien hidratado, no hacer ejercicio en los momentos intensos de altas temperaturas o usar ropa holgada y fresca.
Por último, García Urra también hace hincapié en la importancia de aplicar estas medidas de protección frente al sol en la población infantil. "Hay estudios científicos que han evidenciado que los niños menores de cuatro años que toman el sol de forma intensa y sin protección tiene un riesgo mucho mayor de aparición de melanoma en la edad adulta, no hay que olvidar que la piel tiene memoria", concluye.
