MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Durante la infancia, el cerebro atraviesa periodos críticos en los que aumenta considerablemente su capacidad de aprendizaje para habilidades y funciones específicas y se supone que el comienzo y el final de estos periodos críticos están regulados en la corteza, la capa más externa del cerebro. Sin embargo, científicos del Instituto Holandés para la Neurociencia descubrieron que una estructura profunda en el cerebro también juega un papel crucial en la regulación de estos momentos críticos.
Los hallazgos de esta investigación, que se detallan en un artículo publicado en la edición de este lunes en la revista 'Nature Neuroscience, tienen implicaciones importantes para comprender problemas de desarrollo que van desde el trastorno de ojo vago hasta la discapacidad intelectual.
Solo podemos aprender habilidades y funciones, como hablar un idioma o ver en tres dimensiones, a través de una visión binocular durante periodos críticos de desarrollo; pero cuando estas formas de aprendizaje de desarrollo fallan, surgen problemas de por vida.
Los científicos han estado investigando los mecanismos mediante los cuales los períodos críticos se activan y desactivan con la esperanza de extenderlos o volver a abrirlos para el tratamiento de problemas de desarrollo. Medio siglo de investigación sobre cómo el cerebro aprende a integrar las entradas visuales de los ojos ha proporcionado información importante sobre la regulación del periodo crítico, lo que lleva a la conclusión de que se produce dentro de la corteza.
El neurocientífico Christiaan Levelt y su equipo del Instituto Holandés de Neurociencia han realizado ahora el sorprendente descubrimiento de que una región del cerebro que pasa señales de los ojos a la corteza también juega un papel crucial en la apertura del periodo crítico de visión binocular.
Usando grabaciones electrofisiológicas en ratones genéticamente modificados, mostraron que esta región del cerebro, conocida como tálamo, contiene neuronas inhibidoras que regulan la eficiencia con la que el cerebro aprende a integrar las entradas binoculares.
CIERTA ESPERANZA PARA LOS ALBINOS
Levelt señala: "Para mejorar los trastornos de desarrollo que llevan a problemas de aprendizaje durante los periodos críticos, reinstalar la flexibilidad en la corteza visual puede no ser suficiente. Los científicos y los médicos no deberían limitarse a estudiar solo los déficits corticales. También deberían centrarse en el tálamo y su forma de pre-proceso de información antes de que ingrese a la corteza cerebral".
El estudio también puede proporcionar alguna esperanza para las personas con albinismo, que a menudo tienen una visión binocular limitada debido a la desviación de las señales de los ojos al tálamo. El equipo de Levelt descubrió que, en contraste con lo que generalmente se supone, la plasticidad de la visión binocular también se produce en el tálamo en sí, lo que sugiere que esto podría mejorarse en los niños con albinismo a través del entrenamiento.