MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Una investigación del Instituto de Salud Carlos III ha señalado que la implantación de medidas de control de la calidad del aire en Madrid para reducir las emisiones del tráfico rodado en la ciudad permitiría reducir unas 500 muertes prematuras al año, en un estudio publicado en 'Environmental Research'.
La investigación, liderada por expertos del Centro Nacional de Sanidad Ambiental y del Centro Nacional de Epidemiología,
en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, se enmarca dentro del contexto del proyecto europeo ICARUS. Su objetivo es evaluar el impacto que tienen las medidas de control de la calidad el aire en la salud en nueves ciudades europeas, entre las que se encuentra Madrid.
Para realizar el análisis se ha tenido en cuenta las medidas implantadas por el Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático para la ciudad de Madrid, el denominado Plan A, para cuantificar las posibles ganancias en salud en términos de mortalidad.
En este sentido, se han tenido en cuenta los niveles de concentración de PM2,5, NO2 y O3 para la ciudad de Madrid en 2012 (escenario de referencia de calidad del aire) y 2020 (escenario de calidad de aire proyectado basado en la implementación del Plan A).
RESULTADOS DE LA IMPLANTACIÓN DEL PLAN
De acuerdo con los resultados obtenidos, el Plan A lograría en 2020 una reducción en la concentración media anual de PM2,5 en toda la ciudad de Madrid, en aproximadamente 0,6 g/m3 y 4,0 g/m3 para NO2. Por el contrario, se esperaría un aumento de 1 g/m3 para O3, motivado por la disminución de precursores, sobre todo de NOx.
Además, se estima que la mejora en la calidad del aire a largo plazo podría posponer anualmente hasta 88 (0.4%) y 519 (2%) muertes por la reducción respectiva de PM2,5 y NO2, con una mayor incidencia entre las mujeres. El impacto estimado a corto plazo sería menor, porque los efectos de la exposición al aire contaminado son acumulativos.
Por otro lado, han señalado que el beneficio para la salud sería mayor en el centro de la ciudad, sobre todo dentro del perímetro
delimitado por la M-30, en comparación con distritos de la periferia.
Por último, han destacado que los impactos positivos en la salud gracias a las reducciones en PM2,5 y NO2 superarían por mucho los efectos adversos de mortalidad esperados por el aumento de O3.